El número de muertos en el ataque del viernes en una mezquita chií en Kabul se ha elevado a 56 y el de heridos a 55, entre los que se encuentran varias mujeres y niños, informó hoy a Efe una fuente oficial.
"Confirmamos que 56 de nuestros ciudadanos murieron y 55 fieles que estaban rezando resultaron heridos. Hay tres mujeres entre los fallecidos y otras tres entre los heridos, mientras que también hay niños entre las víctimas", indicó el portavoz del Ministerio de Interior afgano Hedayatullah Hafiz.
La comunidad chií y en concreto la minoría étnica hazara son objetivo frecuente de atentados de este tipo, por lo que las autoridades habían armado a centenares de civiles de esta religión para proteger las mezquitas durante los acontecimientos importantes.
Sin embargo, esta fuerza, que refuerza a los dos guardas de seguridad destacados por norma en cada rábida, no estaba presente ayer por tratarse de un viernes normal, explicó la fuente.
"Los civiles armados están destinados para grandes eventos religiosos, pero esto eran rezos normales de la tarde", explicó, al agregar ya están trabajando en un plan para mejorar la seguridad en estos emplazamientos.
El viceministro de Asuntos Religiosos, Dai-ul-Haq Abid, confirmó en rueda de prensa que el Gobierno ha convocado una reunión para estudiar "cómo podemos prevenir este tipo de ataques en el futuro".
Un atacante suicida se situó ayer por la tarde entre los fieles que habían acudido a rezar a la mezquita chií Imam Zaman, en el oeste de la capital, e hizo detonar los explosivos que portaba en su chaleco, en una acción reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Apenas una hora antes, otro atacante suicida hacía detonar los explosivos que portaba en el interior de la mezquita Khwajagan, en el distrito de Du-Layna de la provincia de Ghor.
Este ataque causó al menos una treintena de muertos, según la Policía provincial.
Los atentados contra la minoría chií son comunes en Afganistán y el último de ellos se produjo a finales de agosto pasado, cuando murieron 28 personas y más de 50 resultaron heridas en una acción también en Kabul reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.