Los venezolanos perdieron este sábado el privilegio de decir que su gasolina es la más barata del mundo después de que el Gobierno del socialista Nicolás Maduro anunciara un sustancial aumento que, en algunos casos, dejará el precio del carburante en 0,50 dólares por litro.
La medida, que entrará en vigor desde el próximo lunes, era esperada desde principios de semana, luego de que Maduro advirtiera que los embarques de gasolina que llegaron recientemente de Irán, y en medio de una severa escasez, se compraron en dólares y deben venderse en dólares.
"Es necesario tener una revalorización de este producto tan importante", dijo hoy Maduro sobre la gasolina, un bien que por décadas tuvo un precio simbólico para los venezolanos. "Ha llegado la hora de avanzar hacia una nueva política (de precios)", añadió.
Según el anuncio de este sábado, el Gobierno implementará una política de subsidios que permitirá el reposte de 120 litros mensuales a un precio de 5.000 bolívares o 0,02 dólares por litro, según la tasa actual de cambio del Banco Central de Venezuela.
Bajo este esquema, los motoristas, una población que se hizo grande en el país después que inició en 2014 la crisis que aun perdura, solo podrán repostar 60 litros a precios subsidiados cada mes.
MEDIO DÓLAR POR LITRO
Pero después de este consumo, los venezolanos tendrán que pagar 0,50 dólares por litro, un precio insalvable para muchos en un país donde el salario mínimo, que perciben cerca de 7 millones de personas -si se toman en cuenta los pensionistas-, es menor a los dos dólares mensuales.
No explicó Maduro si el nuevo precio será el marcador para los dos tipos de gasolina que se venden en el país, de 91 y 95 octanos, o si el monto subsidiado podría ser ajustado en el futuro, en vista del proceso de hiperinflación que sufre Venezuela.
El aumento arrancará con un "plan piloto" de 90 días, un plazo en el que el Gobierno estima que podrá afinar los detalles del suministro de gasolina.
Durante la primera semana de ejecución, los conductores repostarán según el último número de su placa, un programa que se puso en marcha hace un mes, cuando la gasolina comenzó a escasear.
El aumento, representa un paso adelante en la intención de cobrar la gasolina que gobiernos no se atrevían a dar en Venezuela después las sangrientas protestas de 1989, conocidas como El Caracazo -que dejaron, según algunas estimaciones, al menos 3.000 muertos-, después de un alza durante el Gobierno del fallecido Carlos Andrés Pérez.
LA OPOSICIÓN RECHAZA EL AUMENTO
Antes del aumento anunciado hoy, el precio de la gasolina más cara en Venezuela, la de 95 octanos, era de 0,00006 bolívares.
Un monto simbólico que permitía repostar 828.000.000 de vehículos medianos con apenas un dólar al cambio oficial.
El jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, a quien medio centenar de países reconocen como presidente encargado, rechazó el aumento y convocó a una sesión extraordinaria del Legislativo para debatir el tema.
"(Este) es uno de los golpes más duros que ha recibido Venezuela un su historia", dijo Guaidó en un audio que facilitó su equipo."El dictador -en referencia a Maduro, cuya legitimidad no reconoce- enterró la que quedaba de la Venezuela petrolera", agregó.
En tanto que el dos veces candidato a la presidencia, Henrique Capriles, dijo en Twitter que el aumento dañará el ya bajo salario de los venezolanos.
"¡Nadie quiere cosas regaladas, pero sí a lo que puede pagar de acuerdo a sus ingresos! ¡El PSUV (chavismo, partido de gobierno) es el engaño más grande de la historia!", añadió.
Mientras que para el miembro de la comisión de finanzas del Parlamento, Ángel Alvarado, la medida profundizará "la economía de bodegón", en alusión a los comercios que venden a precios internacionales y en dólares cientos de productos que la mayoría de los venezolanos no pueden costear.
"Los que tienen dólares tendrán acceso al combustible, mientras la inmensa mayoría seguirá un calvario de colas, escasez y mafias", dijo en Twitter.
SEMANAS DE ESCASEZ
Venezuela padece desde hace semanas una severa escasez de gasolina que ha llevado a miles de conductores a permanecer durante días en colas en las cercanías de las gasolineras a lo largo del país.
Pero ni siquiera permanecer durante días en estas colas garantizaba a los conductores poder repostar.
El Gobierno de Maduro achacó esta escasez a las sanciones de Estados Unidos, que desde 2017 ha emitido una batería de medidas restrictivas contra la economía venezolana para presionar a Maduro y forzarle a renunciar o aceptar "elecciones libres".
Pero la oposición, liderada por el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, a quien medio centenar de países reconocen como presidente encargado, traslada al propio Maduro la culpa de la falta de gasolina.
El experto Leonardo Buniak dijo a Efe esta semana que la caída del bombeo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) contrajo el flujo de caja del país e hizo imposible que se pudiera mantener la compra de gasolina para venderla a precios irrisorios.
"Hace dos años, Venezuela empezó a importar gasolina, unos 120.000 barriles diarios (...), y esa capacidad de importación se vio cortada por la caída de los ingresos petroleros. Ni siquiera está vinculada al precio del petróleo, sino a la producción", dijo.
CAÍDA DEL BOMBEO
Según un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que cita fuentes secundarias, Venezuela producía a finales de 2019 poco más de 640.000 barriles de crudo por día.
El dato, contrasta con el promedio de bombeo de 1998, -el año en que el fallecido Hugo Chávez llegó a la presidencia y puso en marcha su llamada revolución bolivariana- cuando el país producía 3,5 millones de barriles por día.
Además, explicó Buniak, las refinerías venezolanas funcionan al mínimo y apenas pueden procesar el 8 % de la gasolina que requiere el mercado interno pese a que la capacidad instalada supera los 1,3 millones de barriles diarios, una cantidad superior al consumo mensual del país.