La Fiscalía de Granada ha mantenido este miércoles su petición de ocho años y medio de prisión para el joven de 27 años acusado de asesinar a su tío abuelo, un anciano impedido y con Alzheimer, en la casa en la que residía con él, en Valderrubio (Granada), de un solo disparo en la sien.
El Ministerio Público le atribuye un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas --al no disponer de licencia para el arma que presuntamente utilizó--, con la circunstancia atenuante de confesión y la eximente incompleta de enajenación mental, pues está diagnosticado de trastorno mixto de personalidad paranoide y esquizoide, y trastorno obsesivo compulsivo del control de los impulsos.
Su defensa, que inicialmente reclamaba la libre absolución, ha modificado su solicitud inicial pidiendo una condena de cuatro años de cárcel para el procesado, y que, una vez cumpla la pena mínima de prisión, se determine en ejecución de sentencia la medida de libertad vigilada a imponer.
En la exposición de su informe, el fiscal ha puesto en duda que el joven actuara por "cariño" a su tío abuelo, y ha recordado que la eutanasia, sea activa o pasiva, está prohibida en España. "Nadie puede matar a nadie con la falsa excusa de la compasión", ha dicho, incidiendo en que el joven vivía en la casa "permanentemente" y que el tiempo que le dedicaba a su tío abuelo no significaba una "especial dedicación".
"El cariño que supuestamente sentía hacia él queda limitado a las propias manifestaciones del acusado", ha indicado el representante del Ministerio Público, para quien además el procesado tiene una "limitación del control de sus impulsos", pero no tenía anuladas sus capacidades para distinguir lo bueno de lo malo en el momento de los hechos.
Por su parte, la defensa, que se ha dirigido al jurado señalando su caso particular, con un enfermo con Alzheimer en su familia, ha señalado que comparte por tanto lo que ha "sufrido" el acusado y sus allegados en Valderrubio, porque se trata de enfermos que requieren cuidados 24 horas al día y sufren un deterioro constante que no se puede evitar médicamente.
Asimismo, ha indicado que el joven fue diagnosticado con un trastorno psicótico que le llevó a padecer una esquizofrenia y, aunque ha admitido que puede tener capacidad para discernir el bien o el mal, en el momento de lo sucedido tenía "sus impulsos totalmente descontrolados". Eso le llevó a no saber interpretar la situación de su tío abuelo, que hacía escasos días que había regresado a casa desde el hospital, después de sufrir un ictus.
Por otra parte, ha criticado la situación del sistema de salud mental en España y ha justificado en ese sentido su petición para que se determine en sentencia una medida de libertad vigilada sobre el inculpado cuando salga de prisión, para dar a la familia un "resorte" para que pueda ingresarlo si vuelve a sufrir otro brote psicótico.
Tras la exposición de los informes, el procesado ha hecho uso de su derecho a la última palabra, y ha pedido perdón a sus familiares por el "daño" que les haya podido hacer, lo que ha motivado que su madre y hermanas, presentes en la sala como público, hayan comenzado a llorar. A la salida, han abrazado al acusado, contra el que ellas no ejercen la acusación, ya que en este caso sólo acusa la Fiscalía.
Será en las próximas horas cuando el magistrado-presidente del tribunal entregue el llamado objeto del veredicto al jurado que ha enjuiciado el caso desde el pasado lunes, con el que sus miembros podrán tomar una decisión sobre la culpabilidad o no culpabilidad del inculpado.
ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA
Según consta en su escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado, José M.L., en prisión provisional desde el 12 de febrero del pasado año, convivía en un domicilio de la calle Iglesia número 5 de Valderrubio con su madre, sus dos hermanas y su tío abuelo, de 77 años, con enfermedad de Alzheimer y que había sufrido un infarto cerebral recientemente.
Así, estando en la vivienda sobre las 11,30 horas del 11 de febrero de 2013, el joven, que previamente había manipulado una pistola y sus cartuchos para disparar pese a que no tenía licencia para ello, se dirigió con el arma hacia su tío abuelo "con la evidente intención de acabar con su vida".
El anciano se encontraba inmóvil en el sofá del salón, imposibilitado para moverse como consecuencia del infarto cerebral que había sufrido pocos días antes, cuando su sobrino nieto le puso en la sien la pistola y disparó, ocasionándole la muerte de manera instantánea.
El imputado, que reconoció desde un primer momento la autoría de los hechos, había manifestado ya ideas anteriores de matar a su tío, y se le considera, según el fiscal, una persona "peligrosa" respecto a los demás.
Le ha sido diagnosticado un trastorno mixto de personalidad paranoide y esquizoide, trastorno obsesivo compulsivo del control de los impulsos, y presenta una leve a moderada alteración de su capacidad para conocer y sobre todo para querer, además de un grado de discapacidad del 65 por ciento. Sus familiares han renunciado a cualquier indemnización.