Los balcones, escaparates de comercios y ventanas del pueblo de Salar (Granada) reclaman este viernes, a través de pancartas de material reciclado, la construcción de una estación de aguas residuales en esta localidad.
Coincidiendo con el Día mundial del Medioambiente, la comunidad educativa de Salar ha vuelto a reivindicar la construcción de una depuradora en el pueblo que evite el vertido de aguas residuales al río. El Ayuntamiento se ha sumado a esta iniciativa y lucirá el color verde.
Esta movilización que logra cada año este colegio en defensa del medioambiente se debe al programa Ecoescuelas en el que participa, y en el que está detrás el empeño de muchos profesionales que creen que la educación ambiental es más que una asignatura transversal.
En el colegio 'Ecoescuela La Inmaculada de Salar', el primer centro de España que lleva en el nombre la palabra ecoescuela, los alumnos van andando al cole cada día, utilizan folios reciclados en clase, bombillas de led en las aulas, fiambreras para los bocadillos, los grifos y la fuente ya no gotean y botellas reutilizables de agua.
Y además sacan tiempo para concienciar a sus vecinos de que todo lo que se tira por el váter, el fregadero y la ducha va directamente al río.
Un detalle que no pasó desapercibido para los escolares de Salar que comenzaron a investigar, hace unos 18 meses, los usos y problemas del agua en el colegio y en el pueblo. «Descubrimos que las aguas residuales se vierten directamente al río y nos pusimos a trabajar para conseguir que se construya una EDAR cuanto antes en Salar”, explica Miguel Sevilla, docente y coordinador del programa Ecoescuela en el centro.
Desde entonces, ya llevan varias campañas informativas y el año pasado salieron a la calle para reclamar la construcción de esta infraestructura.
En esta ocasión y debido a la crisis del coronavirus, han optado por decorar balcones y ventanas con pancartas de material reutilizado con los mensajes “Un futuro verde por crear” dentro de la campaña de la red de Escuelas Andaluzas por el Clima y que los salareños han llevado a su terreno reclamando, una vez más, un río limpio con el mensaje: “Una depuradora ya”.
Para esta nueva campaña y dentro de la VII Semana de Medioambiente, el centro ha recibido 117 pancartas que esperan ver colgadas, a lo largo de hoy, de las fachadas de viviendas, comercios y bares.
En la “ecoescuela” de Salar se enseña y fomenta al alumnado a participar en la resolución de los problemas ambientales, empezando por los de su propio pueblo.
En estas acciones se implica a toda la comunidad educativa: profesorado, padres y madres y la administración local que forman parte del denominado comité ambiental encargado de vigilar que las medidas se cumplan.
Por lo pronto, ya han conseguido reducir de 4 kilos a 500 gramos la cantidad de plástico que cada niño lleva al cole.
Cuentan con una amplia diversidad de iniciativas que dan fe de su compromiso con el entorno; huerto tratado con abonos e insecticidas naturales, riego por goteo y animales.
Las ideas “verdes” de estos escolares no paran y ya planean nuevas acciones para conseguir un depósito de aguas pluviales y un sistema de calefacción más sostenible.