Así lo valora Amelia Gamoneda, traductora de La siesta de M. Andesmas, que saldrá a la calle editado por Demipage a finales de este mes de enero, y quien conoce y ama este libro desde su adolescencia, cuando se lo regaló su padre, el poeta y premio Cervantes Antonio Gamoneda, para quien la novela es emblemática y fascinante.
“Advertí -escribió Antonio Gamoneda- cómo el libro no imitaba la realidad ni la imaginaba, sino que la creaba: el tiempo de la escritura pasaba con lentitud y facilidad, físicamente; existían silencios reales como decía el texto, estaba en curso un acontecimiento, y éste consistía en ausencia, inmovilidad, abandono. El discurso era el curso de los hechos”.