Le llamaron Alejandro Magno porque hay quien cree que los nombres son capaces de transmitir a quien los lleva la fuerza que tuvo su propietario, y en este caso era necesaria mucha, de ahí que se eligiese el de un histórico emperador, guerrero y conquistador. Alejandro te mira con su ojo sano, ya que el otro tiene el nervio dañado, con esa mirada inteligente tan especial con la que solo un amigo perruno puede regalarte. Su historia, aunque de final feliz, pone los vellos de punta.
Mañana tiene lugar el juicio a su presunto agresor, que será juzgado como delito
Un mal día, la Protectora de Animales ‘Siempre Contigo’ de Rota recibía una notificación de la Policía Local de Chipiona: habían intervenido en un caso de maltrato hacia un perro por parte de su supuesto propietario. Los agentes habían rescatado al animal, y le llevaron a las instalaciones de la protectora, en absoluto estado de shock. La posterior revisión veterinaria reveló que el perro había sido golpeado repetidas veces con un objeto contundente, presentaba síntomas de desnutrición aguda y una tremenda infestación de parásitos. Su cabeza había sido la receptora de la mayoría de los golpes, presentando hundimientos notables en el cráneo, hemorragia nasal y los ojos completamente hinchados e inyectados en sangre. A pesar de todo, ni un mal gesto hacia sus rescatadores.
La protectora roteña procedió inmediatamente a interponer una denuncia contra el propietario, que ante la Policía admitía haberle propinado la paliza al animal, aunque las tremendas secuelas físicas y psicológicas son una prueba evidente de lo sucedido. Por otro lado, a través de las redes sociales y del boca a boca, la historia de Alejandro se difundió de una manera inesperada, que ha facilitado un enorme apoyo para sus tratamientos médicos, y el hecho de que más de 3.000 personas estén pendientes de la resolución de su caso, en manos de los abogados que representan a la protectora.
Los casos de maltrato animal suelen ser tratados como juicio de faltas, siendo la pena el pago de una multa, cuya cuantía estima el juez de turno. En el caso de que el caso sea juzgado como delito, las penas pueden alcanzar el año de cárcel, así como el pago de indemnizaciones por gastos veterinarios en el caso de que así se solicite por parte de los denunciantes. En el caso de Alejandro, la jueza que lleva su denuncia ha estimado oportuno tratarlo como delito, y tras una primera vista, la protectora de Rota se encuentra a la espera de que se celebre el juicio, que se celebra mañana, después de una larga espera.
El apoyo social ha sido importantísimo. Tan es así, que el abogado y procuradora que les representarán en el juicio, ahora como acusación particular, lo hacen como una aportación, sin cobrar sus honorarios. Pero hubo muchos abogados de diferentes puntos de España que se ofrecieron para llevar el caso de Alejandro.
Las penas por maltrato o asesinato de animales son todavía insuficientes, según nos explica la secretaria de la protectora roteña, Mª Ángeles Sánchez. Pero se va avanzando poco a poco, en detalles como que, por ejemplo, se haya eliminado el ensañamiento como condicionante ineludible para considerar un caso de maltrato animal como delito. “Lo que es fundamental es que estos casos se denuncien”, explica Mª Ángeles, “aunque mucha gente no lo hace por miedo a la reacción del agresor”. Casos en los que se observa que el dueño maltrata repetidamente a su animal de compañía, o que se mantiene en un lugar inadecuado, con una alimentación escasa o en mal estado de salud, pueden ser denunciados ante la Policía o ante la protectora de animales que opere en la zona. Pero la concienciación ciudadana es básica en estos casos, y todavía estamos aprendiendo, en pañales si comparamos España con otros países europeos como Alemania u Holanda.
Hoy Alejandro descansa, feliz, en su propio hogar, con una familia que le da todo su cariño y colma todas sus necesidades. El horrible pasado solo queda en sus sueños, a veces perturbados por el recuerdo de años de hambre y vejaciones. Poco a poco ha ido recuperando la confianza, y ya es capaz de caminar, un simple gesto que le costó más de tres semanas debido a la desnutrición que sufría. Era tan grave, que la primera semana de su rescate, todo alimento que su cuerpo recibía se lo quedaba para sí, y ni siquiera lo defecaba, tal era su necesidad. Su ojo izquierdo está ciego, debido al aplastamiento del nervio óptico, y con el otro ve a duras penas. La dermatitis de su piel casi ha sanado por completo, y las costillas, antes a la vista, ya están cubiertas.Ahora solo queda por saber qué pasará en el juicio de mañana, 14 de febrero, del cual desde la protectora de animales de Rota tiene buenas expectativas, ya que sentará un precedente que será una piedra más en contra del maltrato hacia los animales.
Rota
Alejandro ya no tiene miedo
Alejandro Magno es el nombre de un famoso conquistador, pero también el de un perro mestizo al que un buen día casi mata su propietario de una paliza.
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