Goteras

Publicado: 19/01/2025
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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Es posible que se trate de un problema de salud, que se vayan abriendo las grietas por donde empiezan a filtrarse nuestras goteras
Lo habrá notado, paciente lector, y probablemente le habrá echado la culpa al desgaste, a la dificultad auditiva como consecuencia de los años cumplidos. Y cuando pasa por un establecimiento especializado, piensa en concertar una cita a ver si está en lo cierto y si es así, tiene la esperanza de que no sea para tanto y el sonotone espere un tiempo, a ver si, de paso, baja de precio.

Es posible que se trate de un problema de salud, que se vayan abriendo las grietas por donde empiezan a filtrarse nuestras goteras. Sin embargo, a la duda le podemos añadir otra pensando en algo tan sencillo como la vocalización. Hace unos años, cuando empezó el bombardeo de las series, pusieron una titulada Al salir de clase, dedicada a los adolescentes, a los estudiantes de un instituto. En ella fue donde empezamos a apreciar cierta dificultad para entender los diálogos, echando la culpa a la grabación con sonido directo, sin doblaje. Era una circunstancia lógica y entendible, que en las películas se engrandeció, aunque no reparábamos tanto en ello a menos que un actor o actriz con tablas estuviera en el reparto. Entonces descubríamos la limpieza del lenguaje, la articulación impecable de las sílabas, la entonación incomparable. Por otra parte, los jóvenes hacían su trabajo poniendo empeño en la etapa que iniciaban. Muchos de ellos siguieron su camino y hoy tienen un nombre en este firmamento.

Pero sigamos nuestro análisis, estimado lector, y demos un paseo por el panorama musical. Aquí podría dejar de escribirse la hablilla, porque el punto final hablaría hasta gritar por sí solo y como faltan algunos renglones hasta alcanzar el límite del espacio, sigamos cavilando.Con el reggaetón empezó el cambio hasta consolidarse como un estilo en evolución. Entre el hip hop y el reggae jamaicano, su carácter repetitivo hace que se pegue al oído inevitablemente. Otra cosa es entender la letra, porque la rapidez y la falta de entonación impiden captar el mensaje, la implicación social que normalmente contiene, porque, a pesar de todo, es un poema. Internet facilita el eslabón que falta, sin embargo, la dificultad permanece porque la vocalización no es clara, no es buena, por lo tanto, dificulta el entendimiento de la letra y desvía la atención del oyente de cierta edad. La pregunta es por qué gusta a la juventud, si solo se siente atraída por el espectáculo visual. La diferencia de edad sería la respuesta y el núcleo de un debate imposible. Dejemos a un lado la porfía y concluyamos en que no tenemos problemas auditivos, que las goteras están en fase de filtración, que hay grietas en nuestra salud y una de ellas no es la sordera inminente. No nos hace falta pedir cita.

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