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Desde el campanario

Paz Social

Ella es la que permite afrontar diferentes puntos de vista, seguros de que, pase lo que pase, al final se impondrán la cordura

Publicado: 23/03/2025 ·
13:48
· Actualizado: 23/03/2025 · 13:48
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Autor

Francisco Fernández Frías

Miembro fundador de la AA.CC. Componente de la Tertulia Cultural La clave. Autor del libro La primavera ansiada y de numerosos relatos y artículos difundidos en distintos medios

Desde el campanario

Artículos de opinión con intención de no molestar. Perdón si no lo consigo

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Un rato de conversación bien aprovechado con un amigo ilustrado en asuntos gubernativos da para mucho. Esa es la conclusión a la que llegué hace unos días mientras tomaba un cafelito con alguien que sabe arameo de los entresijos políticos. Que me río yo de los que se autoproclaman apolíticos mostrando una indiferencia absurda sobre algo que es imposible rehusar. Tan imposible como pretender vivir sin aire.

Mal que nos pese, la política forma parte de nosotros desde el mismo día en que a Adán y a Eva los despidieron del paraíso sin indemnización ni paro que cobrar. A partir de ahí no tuvieron más remedio que soportarse o exterminarse. Como a la vista está que decidieron lo primero, he aquí que desde entonces el hombre pasó a ser un espécimen político. Así lo confirma la desinencia vernácula del palabro ya que su etimología procede del vocablo griego politikós, que viene a decir algo así como ciudadano o asuntos de ciudadanos. Por tanto, a menos que te vayas a ayunar al desierto como Jesucristo o te montes una choza en lo alto del Annapurna, tú eres tan político como los que, además, sacan tajada de ello. No tienes escapatoria. Por mucho que no votes, no acudas a mítines o apagues la tele cuando asoma algún ministro, tu condición ciudadana conlleva implícita forzosamente la naturaleza política.

Imposible transcribir detalladamente la lección didáctica que recibí de este buen amigo. Es más, aunque pudiera tampoco lo haría porque lo que pretendo es solo opinar. Que de eso se trata en estas páginas.

De todo lo compartido, me llamó sobremanera la atención el término Paz Social. Expresión esta en desuso y que, a mi entender, cobra una importancia cardinal en los tiempos que vivimos.

Cuando la degustación de jamón se convierte en una empresa poco menos que inabordable, saborear una buena lonchita de mortadela se antoja como un lujo al paladar. Para que nos entendamos, lo que quiero decir es que cuando el puchero en el Congreso está hirviendo y hay riesgos de quemarse si no soplas la cuchara, lo que se debe hacer es esperar a que se vaya enfriando antes de tragarlo. O lo que es igual, vamos a exiliar las discrepancias y dejarnos de broncas e inculpaciones, y vamos a cuidar por esa Paz Social como oro en paño. Ella es la que permite afrontar diferentes puntos de vista, seguros de que, pase lo que pase, al final se impondrán la cordura, el respeto y la tolerancia con el parecer del contrario. Ya llegarán otros momentos más adecuados para desenterrar el hacha de guerra. Ahora vamos a decorar el hemiciclo de San Jerónimo con esa maravillosa gracia intangible que ofrece a la sociedad una convivencia pacífica, libre de las imposiciones de los fanáticos. Es fundamental poner la Paz Social a buen recaudo porque, en mi opinión, nuestros políticos no están actuando en consecuencia. Flaco favor hace en estos momentos la oposición a la sociedad española, aprovechándose de las dificultades que atraviesa el mundo, para intentar desprestigiar al gobierno con acusaciones imaginarias y poco aporta el ejecutivo para el logro de la estabilidad necesaria, crispando la opinión pública con acusaciones recíprocas a sus antagonistas. Ambos deberían aplazar este intercambio inoportuno de golpes y mostrarse ante los españoles como ciudadanos menos beligerantes por el bien de la serenidad deseada en estos momentos repletos de temores, debido al inquietante futuro que nos aguarda. El rumor es la antesala de la noticia y las emisoras de presagios empiezan a radiar murmullos que erizan la piel.

Ahora toca anteponer la unidad de todos en beneficio del bien común. Toca Paz Social.  

 

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