La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente ha constituido un grupo de trabajo provincial con el objetivo de impulsar la actividad salinera en la Bahía de Cádiz de modo que se aprovechen los recursos naturales de la zona para generar riqueza y empleo. Una de las líneas fundamentales de esta estrategia es el reconocimiento de la salicultura como actividad equivalente a la agricultura para la obtención de sal como alimento en lugar de como producto minero, algo en lo que la Junta está trabajando como paso prioritario para garantizar la sostenibilidad de las explotaciones actuales e incentivar la implantación de nuevas salinas. Actualmente la normativa europea considera a la sal como un alimento, lo que permite el reconocimiento en este producto de figuras de calidad diferenciada al igual que tradicionalmente se han aplicado a los demás productos agroalimentarios.

Con este motivo la directora general de Calidad, Industria Agroalimentaria y Producción Ecológica de la Junta de Andalucía, Ana María Romero, y el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Federico Fernández, han visitado hoy la salina de San Vicente, en San Fernando. Durante la jornada han podido comprobar las labores de cultivo asociadas a la extracción y cosecha de la sal, los diferentes tipos de sales obtenidas de los tajos, los innovadores procesos de revalorización y diferenciación a que pueden ser sometidas, así como los requisitos de trazabilidad que cumplen las instalaciones auxiliares que requieren las salinas para tratar al producto como alimento para consumo humano.

Federico Fernández ha destacado la importancia de crear un grupo de trabajo en el que se aúnan representantes de salinas tradicionales, salinas mecanizadas, Administración (Agricultura, Minas, Medio Ambiente, Parque Natural y Costas) y técnicos expertos en usos complementarios a la actividad extractiva (turismo etnográfico y de naturaleza, educación ambiental, deportes, etc).

Asimismo ha señalado que el grupo se ha marcado como objetivos principales trabajar para garantizar la sostenibilidad de las explotaciones actuales, mejorando su competitividad, facilitar la puesta en funcionamiento de nuevas salinas e incrementar la importancia socioeconómica de las salinas en su ámbito territorial. “Para alcanzar estas metas, ha subrayado el delegado, es primordial concebir la actividad salinera como un proceso de cultivo y su correspondiente cosecha, es decir como un producto alimentario natural, en lugar de una mera extracción de minerales”.

Por su parte Ana María Romero ha resaltado la importancia del desarrollo de normativas en el marco del reconocimiento de la calidad alimentaria, “que permitan la diferenciación clara de su  sistema productivo y posibilite su reconocimiento por los consumidores finales en el producto que adquieren, ya que son ellos los que en definitiva, deben valorar el mismo, posibilitando con ello un desarrollo sostenible y adecuado para este sector”.

Las salinas y el Parque Natural

Federico Fernández ha destacado la histórica relación de las salinas y el Parque Natural Bahía de Cádiz subrayando el auge que en los últimos años es-tá experimentado el sector en dicho enclave. “Las nuevas iniciativas que están surgiendo  muestran que es posible un aprovechamiento sostenible de las marismas del Parque Natural y de su entorno inmediato. Es más, ha explicado, consideramos que el Parque puede ser un motor de desarrollo económico para la zona y un valor añadido para las empresas que quieran instalarse en él”.

Por último el delegado ha destacado que “la puesta en valor de las salinas implica dotar de vida al Parque, ya que está demostrado que aquellas salinas en las que hay actividad son las que registran mayores índices de biodiversidad”.