La perseverancia tiene un premio. Hacer y hacer canciones y seguir luchando por un ideal. Llega el 23 de septiembre de 2014 y vuelven con una etiqueta, Wild Punk (que les viene como anillo al dedo) que les releva en su mundo autogestionado de edición de discos anteriores (Esperando una señal o Sin moverte del sillón) desde que se acabó su ligazón con Dro que fueron los patrones de pesca de aquellos jovenzuelos allá por los comienzos del territorio indie (o sea el 92).
Más de veinte años han pasado desde que deslumbraron unas Luces de Hollywood de cuando Los Hermanos Dalton reclamaban un papel en el mundo del power-pop o así de aquí. La lectura acelerada allá por finales de los 80 de los libros de textos foráneos de Lemonheads, Teenage Funclub, Flamin Groovies, Paul Collins, Matthew Sweet, Neil Young, etc o incluso alguno de aquí (091) habían dado como consecuencia un estilo propio, personal e intransferible acuñado por los hermanos Gómez Oneto.
Hace mucho que Josema, Carlos y Jesús saben lo que componen y cantan. En todo este tiempo les ha dado para dejar canciones (Los latidos de siempre; El crimen del siglo; Ya están aquí; Sin dirección; Qué gran día.....) de todos los colores y facturas. Han sido eléctricos y acústicos, power-pop y punk- pop, directos y pausados... Y no es sencillo ajustarse a todos los moldes.
Celebraron sus veinte años con un DVD puro fetiche y este álbum vigente es una continuación de aquel día grande en un marco incomparable de su casa gaditana de San Fernando, Y en ese paréntesis han girado en lugares escogidos (véase el homenaje a los 90 Ì