El PP ha presentado una moción que se abordará en el pleno municipal del próximo jueves, solicitando mantener en el lugar que ocupaba tradicionalmente en la fachada del Ayuntamiento el retablo cerámico con la imagen del Corazón de Jesús.
El concejal popular, Daniel nieto, ha argumentado que en todas las ciudades hay multitud de elementos que las hacen reconocibles. Algunos de esos elementos tienen un incuestionable valor material o monumental; otros no. De hecho esa personalidad es el resultado de la concurrencia de un gran número de piezas con un origen y valor variopinto y que pueden ir desde las condiciones geográficas del lugar donde la ciudad se asienta, hasta el trazado de sus calles, sus monumentos o su arquitectura. “La historia, las tradiciones y las devociones forman también parte de la personalidad incuestionable de los pueblos que difícilmente puedan llegar a entenderse sin ellas”, dijo.
Recordó que ha sido el gobierno local quien ha tomado la decisión de retirar el retablo cerámico con la imagen del Corazón de Jesús presente en la fachada del Ayuntamiento. Por ello “conviene recordar que hasta este momento su presencia nunca había sido objeto de controversia o discusión entre los ciudadanos”.
Sin embargo con el pretexto de la restauración del Ayuntamiento se ha adoptado la decisión de eliminar su presencia “sin atender a más razones que las que abogan por su eliminación, desoyendo y silenciando los argumentos que justificarían su permanencia”. Desde el PP se asegura que la ciudad tiene otras necesidades mucho más acuciantes; la mejor manera de proteger el valor de esta ciudad es –por ejemplo- asegurando una correcta limpieza y un esmerado mantenimiento urbano. “Corremos el riesgo que el mal funcionamiento de los servicios públicos y sus cochambrosas consecuencias llegue a formar parte de nuestra personalidad urbana que de momento ya hace reconocible al gobierno municipal”.
Para el edil la presencia del retablo en cuestión es opinable y precisamente por ello su partido reclama la necesidad de opinar sobre ello. Su colocación es consecuencia de un acuerdo plenario adoptado en su día por el Ayuntamiento de la ciudad, por lo que, asegura, debe ser el pleno municipal quien se pronuncie ahora sobre su retirada -o no-, y no la decisión unilateral del gobierno de la ciudad.
Para finalizar recordó que una amplia mayoría de isleños son católicos “por lo que no es de extrañar que esta fe trascienda y se haga presente con innumerables ejemplos en todos los ámbitos ciudadanos. El estado aconfesional que garantiza la Constitución de 1978 obliga a respetar todas las creencias religiosas incluida la que profesan una amplísima mayoría de los españoles. Una constitución que consagrara un estado laico o ateo sí obligaría a la retirada del azulejo en cuestión, pero la Constitución de la Concordia de 1978 no consagra un Estado ni laico ni mucho menos ateo, afortunadamente”.