Más de 1500 firmas han sido recogidas en diversos puntos de la ciudad y con ayuda de amigos, conocidos o incluso recién conocidos que han prestado sus propios negocios como centros de recogida de firmas gracias a la iniciativa de Enrique Manuel Ortega Fernández, “un simple opositor” de 27 años que sufre uno de los problemas ya endémicos de la ciudad como es la falta de salas de estudio y plazas suficientes.
La calle Real un sábado por la tarde, las inmediaciones de la propia Biblioteca Luis Berenguer o incluso las terrazas ubicadas en la Casería cada domingo a mediodía son ejemplos de zonas donde más se han conseguido. “La respuesta de la ciudadanía ha sido inmejorable y se ha mostrado complemente indignada por el hecho de que se tenga que recurrir a una recogida de firmas para solicitar más plazas para el estudio”, dice Ortega.
El joven entregó en la mañana de este viernes las firmas en la Oficina de Atención al Ciudadano del Ayuntamiento para su traslado al departamento que corresponde, en este caso el de Educación.
“Año tras año se repite la situación. A mediodía y durante los fines de semana somos muchísimos los estudiantes que tenemos que recurrir a espacios para el estudio habilitados en ciudades vecinas como Chiclana de la Frontera, Cádiz o el Puerto de Santa María”, dice Ortega.
Los estudiantes tienen que recurrir a instalaciones situadas en otras ciudades porque en San Fernando sólo se dispone de un espacio habilitado para el estudio tanto a mediodía como los fines de semanas, que es el aulario situado en la calle Alsedo con capacidad de no más de 150 plazas de estudio para más de 95.000 habitantes.
“Es vergonzoso, pero esto provoca un lógico efecto embudo que a el equipo de gobierno actual parece no importarle lo más mínimo”, asegura.
En el escrito avalado por 1.500 ciudadanos de San Fernando se proponen dos ideas que “consideramos muy factibles” por su bajo coste y por la rapidez con que podrían llevarse a cabo.
La primera es la ampliación de la actual sala de estudios mediante la demolición de una habitación cerrada a cal y canto desde hace más de un año, adjunta a la sala de estudios y separada de esta por dos simples y finos tabiques de pladur. Ello permitiría el incremento en unas 20 plazas de estudio a esta instalación.
“El gobierno socialista lleva años diciendo que es una propuesta lógica y que la van a llevar a cabo, pero sin embargo, a un año de agotar su legislatura, no se conoce ninguna intención, al menos oficial, al respecto”.
La segunda es la ampliación de al menos el horario de la cercana Biblioteca Municipal Luis Berenguer, permitiendo el estudio en horario continuo durante las épocas de exámenes y su apertura durante los fines de semana.
“Mantener cerrada de 13.30 a 17.00 horas en estas épocas una biblioteca con unas características inmejorables de luz y acondicionamiento, a la que se ha invertido una gran cantidad de dinero en los últimos meses para renovar el sistema de iluminación, aire acondicionado y mobiliario, me parece cuanto menos indignante”, dice Ortega.
“Es difícil de explicar la sensación de abandono que uno siente cuando se tiene que movilizar a otra ciudad para simplemente estudiar siendo consciente de las instalaciones tan cercanas pero a la vez tan lejanas que tenemos a nuestra disposición”.
El joven opositor contaba una de las situaciones vividas durante la recogida de firmas que tuvo como protagonistas a miembros del equipo de gobierno socialista.
“Encontrándome en plena recogida de firmas en las inmediaciones de unas instalaciones deportivas, me acerqué a un grupo de ciudadanos para explicar nuestra problemática y solicitar su colaboración. Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que tenía frente a mí a parte del actual equipo de gobierno”, cuenta el joven.
Ortega relata que “la sensación en general no fue buena sinceramente, pues en todo momento adquirieron una postura totalmente a la defensiva”.
Como argumento principal y “única defensa” alegaron el incremento de horas anuales de apertura del aula de estudio de la calle Alsedo “respecto al gobierno del señor Loaiza. Es decir, empezaron a mezclar churras con merinas”.
Enrique Manuel Ortega señala que lo que se solicita es un aumento del número de plazas de estudio en San Fernando en determinadas franjas horarias, de 13.30 a 17.00 horas y también durante los fines de semanas, en épocas de exámenes.
“Sin embargo parecen confundir número de plazas de estudio con número de horas de apertura. Por mucho que incrementen las horas de apertura de este aulario, mientras no oferten un mayor número de plazas de estudio, los estudiantes de esta ciudad tendremos que seguir desplazándonos a ciudades vecinas para poder ejercer un derecho muy elemental, estudiar”, dice el joven.
No obstante, en la conversación con los miembros del equipo de Gobierno, el concejal de Educación, Antonio Rojas, adquirió el compromiso de que se ocuparía personalmente de que durante este mismo verano se lleve a cabo la demolición de la habitación cerrada localizada dentro de la propia la sala de estudios para incrementar así, por fin, su número de plazas.