Se trata de una costumbre que se ha convertido en tradicional con el paso de los años. Los niños se acuestan más tarde de lo habitual porque tienen un curioso trabajo que realizar, confeccionar dos alfombras de sal en honor a la Patrona de la Ciudad, la Virgen de la Caridad, que en procesión es llevada a hombros por numerosas calles de la ciudad. Una alfombra que espera la llegada de la imagen tanto en la Calle Ancha y la Calle San Juan como en la Plaza de la Paz, lugares muy emblemáticos en el recorrido de la comitiva.
Pequeños, también los mayores, se lo pasaron en grande el pasado miércoles por la noche.
Nada más y nada menos que 60.000 kilos de sal con distintos colores cubrieron la Calle Ancha y la Plaza de la Paz. El rojo, almagra, azul, amarillo, verde y blanco son los colores que utilizaron los participantes para tal ocasión para diseñar este efímero tapiz, en cuyo teñido se afanaron los operarios.
Hay que destacar que que las gestiones realizadas por el delegado de Fiestas, Jesús Villegas, permitieron que los costes de esta labor respecto a años anteriores sean menores.
Se emplearon, como quedó reflejado anteriormente, 60 toneladas de sal, de los que 43.000 kilos se utilizaron en la elaboración de los alrededor de 600 metros de alfombra del Barrio Bajo -Calles Ancha y San Juan- y los otros 17.000 kilos en los 200 metros de alfombra del Barrio Alto -Plaza del la Paz.
