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Sanlúcar

El Juli indulta un buen toro en una gran tarde de toros en Sanlúcar

Tarde pletórica en Sanlúcar de Barrameda ante una buena corrida de Zalduendo en el que Julián López "El Juli" indultó un gran toro

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Tarde pletórica en Sanlúcar de Barrameda ante una buena corrida de Zalduendo en el que Julián López "El Juli" indultó un gran toro, que, sumado a las dos orejas que cortó de su primero, le permitió salir a hombros junto al peruano Roca Rey, que obtuvo tres apéndices.

Se han lidiado toros de Zalduendo, aceptables de presentación y nobles. Destacaron sobremanera el enclasado tercero y, sobre todo, el extraordinario quinto, de nombre "Jorguin", numero 60, y 503 kilos, que fue indultado.

José Antonio "Morante de la Puebla", ovación y división de opiniones y oreja en el sobrero de regalo.

Julián López "El Juli", dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos.

Andrés Roca Rey, oreja y dos orejas.

En cuadrillas, José María Soler saludó montera en mano tras banderillear al quinto.

La plaza se llenó en tardé agradable.

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UN TÁNDEM COLOSAL

 

Morante lidió un lote inválido en el que sólo pudo ofrecer destellos. En el primero se justificó sin más, y en el segundo se le pitó por tirar por la calle del medio. Pidió el sobrero que fue un toro con un pico de genio y que se defendió en la faena y con el que Morante anduvo en un insistente toma y daca, que le valió para cortar una oreja.

El Juli en su primer toro ofreció su dimensión lidiadora y técnicamente estuvo muy por encima de un animal que sólo pasaba, sin emoción.

Su segundo toro fue de excelente condición. Noble y a más. Con una clase indiscutible con el que el Juli estuvo cumbre. Siempre templado y dando muletazos largos y con la muleta baja. Una gran obra, que acabó en apoteosis con el indulto del "zalduendo", de nombre "Jorguín", sin duda, lo más rotundo y emocionante de toda la tarde.

El tercer toro de la tarde, primero del lote de Roca Rey, tuvo una clase extraordinaria. Arrastraba el hocico hasta el final del viaje. En su contra, que tuvo poca chispa. El joven peruano se montó encima de él y construyó una faena aseada.

Su segundo del lote, último de corrida, fue otro toro muy noble al que Roca Rey le recetó una gran cantidad de pases templados que calaron en el público. 

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