La expansión del coronavirus en España y en el resto el mundo ha afectado de desigual manera al CA Shahmat. El cierre de las instalaciones ha propiciado que sus ajedrecistas no entrenen en El Picacho y sí a través de Internet en sus domicilios.
Sí ha salido perjudicado en la disputa de competiciones porque se ha perdido citas importantes. Así, el club que preside Daniel Escobar no pudo estar presente, como otros muchos clubes, en el Campeonato de Andalucía Escolar, que se iba a celebrar en la localidad almeriense de Roquetas de Mar. Tampoco pudo afrontar la tercera jornada del Campeonato Provincial Juvenil, Absoluto, Veteranos +50, Veteranos + 65, ELO 1800 y ELO 1300, cita en la que se esperaba la presencia de unos 150 jugadores. Se baraja que el Campeonato Provincial de Cádiz se juegue cuando regrese la normalidad aunque en varias sedes según las categorías para evitar las aglomeracione
Daniel Escobar manifestó que “los jugadores está entrenando ahora incluso más que antes. Además de las tareas que tienen los ajedrecistas que cursan sus estudios siguen recibiendo clases de ajedrez a través de Internet y juegan tornos entre ellos. También realizan ejercicios semanales y aplicaciones. Están igual que antes con la diferencia que estando en casa no tienen el contacto con sus compañeros. Si me dan a elegir, ni que decir que prefiero estar como me encontraba antes”.
El Club de Ajedrez Shahmat tiene 64 jugadores federados, concretamente 34 adultos y 30 menores de 18 años. Hay que unir los 50 que forman parte de la Escuela Deportiva.
Daniel Escobar asegura estar llevando bien esta situación: “Trabajo en un colegio privado desde las 9.00 a las 17.00 horas e imparto clases a través de una plataforma. Incluye una agenda de aprendizaje y a los más pequeños son los que más le cuesta”.
Familiarmente dice que “tengo dos hijos. Alberto tiene 7 años y entiende lo que ocurre porque se lo explicado. Ana, de 2, se queda mirando a la puerta pensando que porqué no salimos a la calle juntos. Mi mujer está volcada con los dos porque entre todos intentamos pasarlo de la mejor manera posible. Aprovecho el tiempo para jugar con los dos, viendo alguna película, escuchamos música y por supuesto que con el ajedrez presente. Confío en que esto se solucione pero la vida normal tardará en llegar”.
Añade que “cada dos días hablo con mis padres. Tampoco pierdo el contacto con mis hermanos, que en total somos seis”.