La Audiencia de Sevilla ha condenado a diez años de cárcel a un hombre que abusó sexualmente durante tres años de su hija de 20 años aprovechando su retraso mental del 69 por ciento, a la que además deberá indemnizar en 30.000 euros.
Una sentencia de la Sección Primera, a la que ha tenido acceso Efe, dice que el acusado Juan Carlos A.B., de 40 años, hizo tocamientos de índole sexual y llegó a penetrar varias veces a su hija entre los años 2009 y 2012, "guiado por un ánimo libidinoso y aprovechando la debilidad" de la joven.
La víctima "está diagnosticada de retraso mental de leve a moderado, con crisis convulsivas generalizadas por sufrimiento perinatal lo que provoca cierta afectación de la memoria en cuanto a fijar fechas pasadas, pero no en cuanto al relato de hechos", según la sentencia.
Los abusos tuvieron lugar en el domicilio de la familia y, tras la separación de los padres, en la vivienda que ocupaba el procesado, quien decía a su hija que no debía contar nada porque entonces "lo iban a meter preso".
El testimonio de la joven "nos ha impresionado subjetivamente como sincero y creíble, y no hemos encontrado causa alguna por la que la víctima pudiera haber prestado contra su padre un testimonio falso de la trascendencia y gravedad del que hemos oído en el juicio", dicen los jueces.
Añaden que la víctima no eludió ninguna pregunta, su relato fue detallado en cuanto a los actos de contenido sexual a los que era sometida por su padre y llegó a precisar que en ocasiones usaba preservativos y que en ocasiones no, y su testimonio "no tenía viso alguno de ser aprendido".
Junto a la condena de diez años de cárcel, la sentencia impone a Juan Carlos A.B. once años de alejamiento y de prohibición de comunicar con su hija y el pago de 30.000 euros de indemnización.