Los forenses del servicio de Psiquiatría del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla han confirmado este viernes que Sara L.H., la mujer de Pilas para quien la Fiscalía pide 40 años de cárcel por matar a dos de sus bebés y esconderlos luego en sendos congeladores de su vivienda, "no tiene ninguna enfermedad mental de las recogidas en las clasificaciones internacionales".
Durante su comparecencia en la tercera jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, los dos forenses han explicado que, tras ser descubiertos los hechos, se entrevistaron con la acusada hasta en tres ocasiones a fin de poder emitir un diagnóstico psiquiátrico, "no encontrando ninguna" enfermedad mental.
Los forenses han explicado que Sara sólo sufre un trastorno de la personalidad de tipo dependiente, caracterizándose por ser una persona "que evita situaciones que requieran de contacto interpersonal por miedo al rechazo" y que "se preocupa constantemente por la crítica" de los demás.
De este modo, han añadido que las personas que sufren este tipo de trastorno, como Sara, "son personas retraídas, con tendencia a parecer raras, que tienen miedo al rechazo y a que no la acepten", de manera que "necesitan la referencia y el apoyo de los demás".
Los psiquiatras han relatado que la acusada era "buena" estudiante y aprobó tanto el Bachillerato como COU, pero sin embargo "no echó los papeles para la Universidad a pesar de no tener problemas económicos para ello", lo que achacan a que la universidad "es un mundo nuevo y no hay nadie detrás que la empuje" a seguir estudiando.
En las entrevistas, la acusada aseguró que "desde siempre ha sido una persona introvertida, retraída, a la que le da miedo lo que piensen los demás, motivo por el que no salía mucho de casa", señalando los forenses que, durante dichas entrevistas, Sara "no dijo que no tuviera amigas por culpa del marido", pues "antes de conocerlo no tenía especiales relaciones con amigas o compañeras".
LA ACUSADA NO TENÍA "MIEDO" A SU MARIDO
Cuestionados por si la acusada tenía "miedo" a su marido, del que ya se encuentra divorciada, los psiquiatras han puesto de manifiesto que "el miedo no aparece en ningún momento, pero sí malestar por la falta de reconocimiento y de cariño que tiene hacia ella, reprochándole además su poca implicación en la casa, pues la vida la hacía entre el trabajo y el bar". Asimismo, han indicado que la acusada aseguró que su pareja "nunca le pegó".
Los forenses han dicho además que la acusada "hizo lo que hizo sabiendo lo que estaba aconteciendo y tomando libremente la decisión de llevarlo a cabo", pues "su capacidad de conocer y de querer no se encontraban alteradas, no habiendo alteración en sus funciones psíquicas y no existiendo ningún trastorno mental".
Asimismo, los especialistas, que han detallado que la acusada aseguró que los abortos "los vivió como un caos", se han referido al hecho de que Sara declarara que no recuerda haber estado embarazada ni el parto de uno de los bebés hallados en el congelador, y han dicho que "uno puede olvidar determinados momentos" del embarazo "pero no se olvida todo", pues un embarazo dura nueve meses "y cada mes se lo va recordando".