El Ateneo de Sevilla acogió el acto “En Recuerdo de Manolo Summers”, el pasado martes, 18 de diciembre, organizado por Miguel Olid Suero con la presencia del presidente de la institución sevillana, la viuda del homenajeado, Consuelo Rodriguez Márquez, y sus hijos Manuel, David y Lucía.
Con motivo del XXV aniversario de la muerte de Manolo Summers, el acto cerró un año intenso, repleto de actividades organizadas para recordar a este polifacético cineasta. Proyecciones, mesas redondas, conferencias y coloquios se han sucedido en prácticamente toda Andalucía, Madrid y otras ciudades españolas, que han sido posibles gracias a la colaboración de varios festivales de cine, universidades, amigos y otras entidades.
Abrió el acto, como presidente del Ateneo, Alberto M. Pérez Calero, que después de agradecer la presencia de la familia Summers, de los compañeros de la prensa y los muchos invitados que llenaban el salón de actos, cedió la palabra a Olid Suero, quien definió a Manolo Summers como un sevillano total, bueno, creativo, independiente y rebelde.
El doctor en Comunicación Audiovisual y colaborador de Viva Sevilla habló sobre lo que ha significado este homenaje. Aseguró que han sido casi cuarenta actividades diferentes las que se han realizado, además de la redacción de un manifiesto que ha sido firmado por ciento cincuenta personas vinculadas con el cine, de Sevilla, Andalucía, España e incluso Estados Unidos.
Se procedió a la lectura del manifiesto y de textos escritos por algunos de los firmantes, siendo después los familiares del desaparecido cineasta los que tuvieron la oportunidad de intervenir.
Lucía Summers aseguró que “aunque nací en Madrid, me crié en Sevilla, por lo que esta ciudad es muy especial para mí”. A continuación fue David Summers el que comentó que estaba encantado con las actividades que habían tenido lugar en este homenaje y que seguro que su padre se habría sorprendido al comprobar el cariño y el amor que le profesa la gente.
También aseguró que trabajar en el cine con su padre era como trabajar en familia, no por su parentesco, sino por la atmósfera que lograba crear en los rodajes. David concluyó afirmando que “mi padre era mucho más que un director de cine, era una máquina de imaginar, de crear, de dibujar, de hacer películas, de crear historias y de poner sus sueños siempre en pie”.
Manuel Summers, en una breve intervención, comentó que “me acuerdo de mi padre todos los días”. Finalmente fue su viuda quien después de asegurar que hablar en público no era su fuerte, agradeció a Miguel Olid el gran trabajo realizado y aseguró que la relación de su marido con Sevilla siempre fue muy especial, ya que solía venir mucho por la ciudad y que sentía un profundo amor por ella”, hasta el punto de recordar unas palabras de Summers: “para despedirse, me dijo que lo más importante que le había pasado en su vida había ocurrido en Sevilla: nacer, casarme y me voy a morir”.
Al final del acto tuvo lugar la intervención de Beltrán Pérez, portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Sevilla, quien aseguró que en próximos plenos del Consistorio sevillano propondrá a Manolo Summers, tras la presentación de una solicitud por parte del Ateneo de Sevilla, para que una calle de la ciudad sea rotulada con su nombre y que se le otorgue la Medalla de la Ciudad a título póstumo.