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Sindéresis

Yolanda Díaz y el ruido

Yolanda Díaz está pidiendo la muerte de todos los partidos políticos de su nicho electoral

Publicado: 21/08/2022 ·
18:23
· Actualizado: 21/08/2022 · 18:23
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

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Cada vez que en Podemos se nos ha dado a votar si queremos ir en coalición, yo he votado en contra. Creo que la gente tiene derecho a elegir el partido en que milita, creo que son militantes de ese partido, y no de la izquierda en general, y que de modo democrático deben mantener el control organizativo y ejecutivo del presupuesto, la comunicación, el programa y las primarias.

Yolanda Díaz, que es vicepresidenta gracias a una coalición, ha llegado a la misma conclusión que yo, con una diferencia sustancial: ella quiere prescindir de los partidos políticos que la han puesto ahí, es decir, que no tiene partido aún, y yo sí.

De sus palabras se pueden sacar varias conclusiones que son lógicas y ahora mismo veo irrefutables. La primera es que, en las próximas elecciones, a la militancia de Podemos, IU, el PC, Más País, Equo, Alianza Verde y etcétera, Yolanda Díaz nos deja las siguientes opciones: 1 Nos presentamos con nuestros partidos, contra ella. 2 No nos presentamos en absoluto. 3 Militamos en el partido instrumental que ella vaya a crear, abandonando el nuestro en los casos en que se prohíba la doble militancia, y por el camino nos hacemos un lavado de cerebro para olvidar aquello que nos llevó a la política, no vaya a ser que no coincida con su proyecto. Que no dejaría de ser una coalición de militancias.

En la misma entrevista en que dice esto, asegura huir de los personalismos y que la construcción del proyecto se está haciendo de modo horizontal, pero esta decisión de prescindir de los partidos políticos que la han apoyado y llevado al Ministerio de Trabajo es suya y solo suya, consultada con nadie de los que la apoyan desde las bases.

Lo más grande es que acaba de dejar con la cadera rota a la mayoría de los que usan sus altavoces, más grandes o más modestos, para apoyarla, esos que hasta el sábado 20 de agosto aseguraban que Podemos debía plegarse a la idea de que cualquier solución de futuro pasaba por una coalición de partidos, y que, a partir de hoy, lunes 22 de agosto, es posible que empiecen a decir que las coaliciones no funcionan.

Que, cuando empujaban con todas sus fuerzas para que los partidos andaluces se entendieran y formaran Por Andalucía, y que si no lo hacían se estaban oponiendo al proyecto de la futura presidenta, se estaban equivocando. QED. Que el problema nunca fue que uno u otro apurara en las negociaciones hasta el último momento, que el problema nunca fue que se empezara a hablar de sillones antes que de programa. Que el problema es la naturaleza de los partidos, de todos los partidos, excepto del que vaya a formar la vicepresidenta, ya que, imagino, al ser plenipotenciaria, no permitirá estériles pugnas por encabezar las listas. Aunque eso ya lo tenía el PP. Y si no es plenipotenciaria, ya me diréis qué hace articulando desde su único punto de vista a la sociedad civil. Sociedad civil que, lamento ser yo quien dé las malas noticias, o está formada por personas que pertenecen a un partido político, o negocia con los partidos lo que sea necesario, y luego cada miembro vota en conciencia lo que le parezca.

Yolanda Díaz está pidiendo la muerte de todos los partidos políticos de su nicho electoral. Sin representación en las instituciones, y con tal trasvase de militancia, no tendrían capacidad económica de mantener sedes abiertas, asesoramiento legal para luchar contra los desmanes del poder o apoyo a los colectivos mencionados. No tendrían voz propia en el Congreso; no podrían proponer nada ni oponerse a nada. No representarían a nadie, y solo quedarían ella y su partido. Un partido que, como todos los demás, acabaría produciendo su propio ruido. Y yo, a eso, voto en contra.

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