El tiempo en: Campo de Gibraltar
Publicidad Ai

sociedad

¿Tik Tok o Instagram? Los museos afrontan los nuevos retos de la digitalización

Hace dos años, la pandemia obligó a museos de todo el mundo a cerrar sus puertas y a ponerse las pilas con las redes sociales

Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • La app Tik Tok.

Hace dos años, la pandemia obligó a museos de todo el mundo a cerrar sus puertas y a ponerse las pilas con las redes sociales. Ahora, el reto continúa y toca acometer un modelo de digitalización estratégico y a largo plazo ¿Tik Tok o Instagram?

"Todas las instituciones que han nacido de manera analógica tienen problemas con la digitalización", explica Pilar Álvarez, miembro de Advisory Borads Arts (ABA), una consultora internacional que se dedica a asesorar a instituciones culturales en distintos ámbitos y que acaba de presentar un estudio sobre la situación de los museos españoles.

La pandemia pilló a museos -y otras instituciones culturales- "muy verdes", pero si algo bueno ha salido de aquel dramático episodio es el gran avance que se ha registrado: "La pandemia ha potenciado de manera brutal la digitalización".

Tras la pandemia, más del 80 por ciento de los museos encuestados están redefiniendo su estrategia digital. Este nueva manera de trabajar, según Álvarez, no puede ser aislada, sino que tiene que estar "estrechamente" ligada a la misión del museo y afectar a toda al conjunto de su labor.

CLAVES: COMPROMISO Y RECURSOS

El éxito de una buena estrategia digitalización tiene muchas patas, pero si duda tres son claves: recursos -económicos o nuevos perfiles profesionales-, una estrategia centrada en la audiencia y el compromiso del director o directora del centro de arte.

Sin este último "es difícil que sea exitoso" porque la digitalización supone "un cambio de cultura" de la institución.

En España, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Centro Botín son socios de ABS, participan en sus estudios y reciben asesoramiento. Los museos españoles, subraya Álvarez, suelen tener equipos pequeños que les permite "moverse con agilidad", pero su reto no tiene tanto que ver con las redes sociales como con identificar a sus audiencias en el mundo digital.

El Museo Van Gogh de Holanda, con un equipo de una veintena de personas dedicado al área digital, es uno de los mejor ejemplos en Europa. Gestionan las redes sociales y acomete otras iniciativas relacionadas con el ámbito digital y es uno de los museos más seguidos en Instagram (2,2 millones de seguidores).

Hace poco publicaron el reel de una joven española (@mariroldan) que reproduce obras de genio holandés en monedas de dos euros, y también han creado un grupo de Facebook -que acumula más de 80.000 usuarios- en el que las personas comparten sus obras inspiradas en las de Van Gogh.

Son solo dos ejemplos de como no tienen prejuicios a la hora de enfrentarse a su comunicación en redes y eso hace que su público no sea solo gente que le interesa el arte, sino muchísimos más.

¿Es necesario estar en todas las plataformas de redes sociales? Según Álvarez dependerá de la misión de cada institución, no hay una receta única, sino que depende "de la estrategia de cada museo". Con la pandemia hubo que tomar decisiones precipitadas, ahora es el momento de pensar a largo plazo.

De hecho, pocos museos están en Tik Tok. Curiosamente, el Museo del Prado es el que más usuarios acumula en esta plataforma con 360.000 suscriptores, fundamentalmente cuelga vídeos de las bambalinas del museo.

VUELTA A LA NORMALIDAD

Una de las dudas que planea sobre los recientes cambios es en qué medida el proceso de digitalización impulsado por la pandemia perdurará en el tiempo o la llegada de la denominada 'nueva normalidad' borrará la urgencia de la digitalización.

Para Álvarez la clave está en la mentalidad de cada institución: "Hay instituciones de la vieja y de la nueva escuela, no tiene nada que ver con edad sino con la actitud hacia el cambio. La vieja escuela quiere volver a lo anterior, pero eso es perder una oportunidad y dejar de tener relevancia".

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN