El alcalde de Buñol (Valencia), Rafael Pérez, ha considerado "un orgullo" que en otros lugares del planeta "se quiera copiar la Tomatina", porque "es un síntoma de que la fiesta gusta", aunque ha recalcado que "la de verdad es la de aquí, las copias sirven como elementos publicitarios".
Así lo ha señalado Pérez en una entrevista en la que ha destacado que, además, esta edición de la 'batalla del tomate', que se celebra este próximo miércoles y cumple 70 años, será más solidaria que nunca ya que parte del dinero recaudado con la venta de entradas se destinará a fines solidarios.
La ciudad de Sutamarchán (Colombia) decidió crear su propia Tomatina en 2004 y posteriormente han aparecido copias de la fiesta en China, Chile o Estados Unidos.
También el cine indio se ha interesado por la fiesta de Buñol y Hollywood se ha llenado de tomate este mes de julio, con el rodaje de la película 'All I see is you', que se estrenará en 2016. "Para nosotros es un escaparate más, y económicamente fue un pellizquito", ha comentado el alcalde.
Pese a las copias, la 'batalla roja' cumple 70 años, y este año batirá su récord histórico de lanzamiento de tomates, con 150.000 kilos de esta fruta. Con casi todas las 22.000 entradas vendidas, la recaudación de esta edición tendrá una finalidad solidaria, ya que una parte del dinero recaudado se destinará a asociaciones locales que trabajan por la igualdad con el colectivo LGBT, y con mujeres víctimas de violencia de género.
"Queremos trabajar en campañas para visibilizar estas dos causas, aprovechando que nuestra fiesta es muy conocida y que nos visita gente de países como India, China o Rusia, donde la lucha por la igualdad de estos colectivos no es visible", ha explicado el alcalde.
INCREMENTO DE VISITANTES NACIONALES
Muchos extranjeros acuden a la Tomatina todos los años, pero en esta edición, Pérez ha destacado "el aumento de turistas españoles que participarán en la fiesta". Las cifras todavía no son definitivas, ya que el Ayuntamiento ha guardado "un pequeño número" de entradas para vender el mismo miércoles, pero esperan que se alcancen los 22.000 participantes.
La llegada de grupos visitantes que doblan la población de la localidad --Buñol tiene casi 10.000 habitantes-- es un tema que "preocupa" al consistorio. "Hemos creado una oferta de parking más grande que en otros años para coches y autobuses, pero recomendamos que la gente venga en transporte público", ha apuntado el alcalde.
Pérez ha indicado que, en esta edición, se han invertido 6.000 euros más que el año pasado para traer a Buñol 150.000 kilos de fruta, 15.000 más que en 2014 y un camión extra. Aún así, el primer edil ha asegurado que "el gasto total se ha reducido, porque se ha recortado en cosas más superfluas, como publicidad, y el coste de las ambulancias y la asistencia sanitaria ha bajado".
El alcalde ha agradecido "su apoyo" a la Agència Valenciana del Turisme para publicitar la fiesta, y ha manifestado que "aunque este año va a haber más eventos por el 70 aniversario, no habrá gran diferencia con el año pasado porque el Ayuntamiento prefiere celebrar más el 75 aniversario, dentro de cinco años".
"ENTIERRO DEL TOMATE"
Entre estos nuevos actos, este año se va a recuperar "el entierro del tomate" el mismo miércoles por la noche, una procesión de fin de fiesta que tuvo lugar en 1957 después de que el alcalde de entonces, en plena dictadura, prohibiera la celebración de la fiesta.
"Ese año fue un punto de inflexión, porque cuando el alcalde vio que no podía cancelar la fiesta sin ponerse en contra a todo el pueblo, decidió recuperarla en 1958, pero de manera más organizada, antes era más espontánea", ha explicado Pérez. La fiesta nació a partir de una pelea entre dos jóvenes del pueblo en 1945 que acabó con una batalla de tomates en la plaza del pueblo entre dos grupos de vecinos.
Pérez ha indicado que el acto "será una reivindicación de lo que pasó en 1957", y que contará con un "pequeño pregón" y con la participación de Goltrán Zanón, el "único vecino del pueblo" que cada último miércoles de agosto desde 1945 ha estado a pie de calle para lanzarse tomates.