El 92 por ciento de las personas con discapacidad en España ha pedido salud como deseo para el año 2018, seguido de un 85 por ciento que pide un empleo adecuado a sus necesidades y de un 76 por ciento que reivindica normalización, igualdad de oportunidades y justicia social.
Así se desprende del informe '¿Qué 3 deseos le pides al nuevo año?' de la Fundación Adecco, basado en una encuesta a 800 personas con discapacidad. El objetivo de este análisis ha sido identificar las aspiraciones, necesidades y reivindicaciones principales de un segmento de la población manifiestamente heterogéneo, pero que se torna homogéneo cuando se les pregunta por sus deseos para el año venidero.
En cuarto lugar, los encuestados han mencionado deseos relacionados con el bienestar de su familia (44%), mientras que un 41 por ciento ha hecho referencia a la Accesibilidad, no sólo arquitectónica, sino cognitiva, tecnológica o web, es decir, la Accesibilidad Universal. Por último, un 38 por ciento ha pedido por el mundo, como el fin de las guerras o la erradicación del terrorismo.
Respecto al empleo, la fundación señala que las personas con discapacidad "quieren trabajar y hacerlo en igualdad de condiciones". "Si te contratan porque tienes discapacidad, se te etiqueta para toda la vida y luego es muy difícil promocionar", ha indicado una de las encuestadas, de 47 años.
En la misma línea, un hombre de 50 años ha comentado que tuvo un accidente que le impide desarrollar su profesión habitual, por lo que ahora tiene que reciclarse, aunque a la "hora de la verdad" no encuentra "oportunidades reales".
RECONOCER EL POTENCIAL CON UNA VISIÓN RENOVADA
Para la Fundación Adecco, que los segundos y terceros deseos en la lista de las personas con discapacidad sean empleo y normalización, evidencian que los encuestados "quieren que la sociedad y las empresas reconozcan su potencial, a través de una visión renovada de la discapacidad".
Entre las respuestas, destacan los comentarios que piden disolver la asociación entre discapacidad y conceptos negativos como "menor productividad" o "absentismo"; pero también con otros "insidiosos" términos como "beneficios fiscales", "RSC" o "filantropía empresarial". "Que las empresas nos miren con respeto, no con interés" o "que podamos aspirar a puestos de responsabilidad sin que la discapacidad sea un impedimento", ha sido otras de las respuestas destacadas.
En concreto, un 80 por ciento opina que no se les contrata por su talento, sino por cumplir con las cuotas que marca la legislación o reducir las cargas fiscales.
"Contratar a una persona con discapacidad por cubrir el expediente o por las exenciones fiscales no es sostenible en el tiempo, pues son estímulos muy cortoplacistas. Lo que verdaderamente perdura es el convencimiento de que cuentan con las mismas capacidades y competencias que cualquier otro profesional, siendo la discapacidad una circunstancia y no un estigma", ha subrayado el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero.
En la misma línea, Mesonero ha recalcado que "es hora de apostar por el talento sin etiquetas" y de "poner el foco" en a formación, la experiencia y vivencias del profesional, olvidando los datos que, a su juicio, "no dicen nada de su productividad" como puede ser el hecho de tener una discapacidad. "No es sólo una cuestión de justicia social, es un modo de pensar que hará más competitiva nuestra economía", ha dicho.
MÁS CONTRATADOS CON DISCAPACIDAD QUE EN 2016
La Fundación Adecco recuerda que el empleo de las personas con discapacidad ha seguido una tendencia ascendente en los últimos años, alcanzando, durante varios años consecutivos, un máximo histórico en el volumen de contratos. Precisamente, afirma que entre enero y noviembre de 2017 las personas con discapacidad han firmado 102.398 contratos, cifra que supera la total de 2016, cuando se contabilizaron 98.802 contratos.
Además, señala que este incremento en la contratación es un indicador de la mejora global del empleo de las personas con discapacidad, pero lamenta que aún están "lejos" las cotas deseables de normalización, si se atiende a la tasa de actividad (35,2%).
La tasa de actividad refleja que el 64,8 por ciento de las personas con discapacidad en edad laboral no tiene empleo ni lo busca, por diferentes motivos, como la "sobreprotección" desde la infancia; el desconocimiento de las propias personas con discapacidad a la hora de afrontar la búsqueda de empleo; el temor al rechazo y a no saber desenvolverse en una entrevista o empresa; los estereotipos y las falsas creencias en las empresas; o las políticas pasivas de empleo.
Respecto a las medidas para incentivar la participación en el empleo de las personas con discapacidad, la mayor parte (36%) cree que habría que actuar sobre las empresas, incrementando la sensibilización y las ayudas a la contratación. Además, un 32 por ciento opina que la ayuda debe orientarse a las personas con discapacidad, con recursos formativos y de apoyo que les acerquen al empleo.
Por último, un 24 por ciento considera que la mejor solución es abordar el reto desde la infancia, con educación inclusiva y equitativa desde edades tempranas, para evitar la futura discriminación.