Conseguir una verdadera conciliación es una de las asignaturas pendientes en España, una necesidad que no acaba de llegar a pesar de las reiteradas promesas por parte de los políticos, sobre todo de un tiempo a esta parte, y de las reivindicaciones de los ciudadanos, que aún la ven lejana.
Hace una semana, el Gobierno declaraba el 23 de marzo el Día Nacional de la Conciliación y de la Corresponsabilidad, que se unía a su propuesta de firmar un Pacto Nacional para la Conciliación Familiar y la Racionalización de Horarios, y a la de finalizar la jornada laboral a las seis de la tarde "con carácter general", aunque de momento no se ha materializado nada.
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, se ha mostrado partidario de medidas como éstas en varias ocasiones aunque cree que "no se pueden imponer desde el Gobierno", sino acordarse entre todos con mecanismos como la flexibilización de la jornada, el teletrabajo o una bolsa de horas para gestionar asuntos propios.
Sin embargo, desde UGT, su vicesecretaria general, Cristina Antoñanzas, asegura a Efe que todo ello es "un brindis al sol" que califica de "oportunista" porque el Gobierno no lo ha trasladado aún a los agentes sociales.
De hecho, afirma que no tiene constancia de que se esté negociando un pacto y que lo único que conoce es el enunciado por "el propio portavoz del Gobierno".
"Es verdad que en el último documento que nos dieron venía el enunciado pero no sabemos nada más, ni tenemos otra propuesta nada más que lo que en ocasiones ha ido diciendo la ministra (de Empleo) y el presidente", continua Antoñanzas.
Así también se pronuncia la secretaria de Mujeres e Igualdad de CCOO, Elena Blasco, quien dice a Efe que "no existe" una propuesta en firme y que de lo que se está hablando a través de las mesas de diálogo social es de la desigualdad salarial.
"Deberíamos hablar de otros muchos elementos que son los que generan esa desigualdad, y uno de ellos es la conciliación y la corresponsabilidad", añade Blasco.
Aún no ha llegado la equiparación de los permisos parentales, una exigencia que forma parte del acuerdo de investidura firmado entre PP y Ciudadanos y de varias iniciativas de distintos grupos parlamentarios algunas de las cuales van más allá, como la de Unidos Podemos, que reclamaba, además, que sean intransferibles.
No obstante, la propuesta de la formación morada ha sido vetada hasta en dos ocasiones por el Gobierno, que ha impedido su tramitación parlamentaria.
De momento, los presupuestos de 2018 presentados el pasado martes por el Gobierno contemplan la ampliación a cinco semanas del permiso de paternidad, algo que CCOO cree que "está muy bien pero lejos de conseguir la igualdad real".
Y es que para los sindicatos, la equiparación de los permisos parentales y que éstos sean intransferibles es fundamental para avanzar en la corresponsabilidad porque, según apunta Blasco, las medidas actuales "no dejan de seguir penalizando y obstaculizando la carrera profesional de las mujeres", y "las encadena al ámbito del hogar".
Según los datos, la mujer es la gran penalizada por la imposibilidad de conciliar: la tasa de empleo femenino disminuye con el número de hijos y la de los hombres aumenta; el 96,04 % de las personas que trabajan a tiempo parcial para cuidar de sus hijos o de familiares enfermos son mujeres, que también son mayoría a la hora de solicitar las excedencia con este fin (49.934 frente a las 5.199, de hombres).
Además, el año pasado, 263.398 disfrutaron de su permiso íntegro de maternidad y solo lo compartieron con el padre en 4.930 casos.
Las jornadas "infinitas" tampoco ayudan a conciliar. "Que trabajemos más horas no quiere decir que seamos más productivos", sostiene Blasco, quien al igual que Antoñanzas defiende que las medidas para conseguir una verdadera conciliación pasan por el diálogo social pero también por la negociación colectiva y los planes de igualdad de las empresas.
Se trata de cambiar la "concepción empresarial", según CCOO, de forma que se base en objetivos y productividad y no en "presentismo y largas jornadas, que impiden el desarrollo de una vida plena", con o sin responsabilidades familiares.
Por su parte, Antoñanzas lamenta que los empresarios no hayan puesto "ni una sola medida encima de la mesa para negociar sobre igualdad y conciliación" porque para ellos conciliar es reducir la jornada: "ni están, ni se les espera", sentencia.
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La conciliación en España, ¿en punto muerto?
Una necesidad que no acaba de llegar a pesar de las reiteradas promesas por parte de los políticos, sobre todo de un tiempo a esta parte
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