Según la Organización Mundial de la Salud, por uso racional de los medicamentos se entiende su uso correcto y apropiado. Para que haya un uso racional, el paciente tiene que recibir el medicamento adecuado y la dosis debida durante un periodo de tiempo suficiente, al menor costo para él y para la comunidad. Sin embargo la realidad pone de manifiesto que más del 50 por ciento de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente y que el uso excesivo, insuficiente o indebido de los medicamentos tiene efectos nocivos para el paciente y constituye un desperdicio de recurso.
De este modo, el pasado mes de abril de 2011, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud el lema elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para celebrarlo fue 'Resistencia a los antimicrobianos: si no actuamos hoy, no habrá cura'. Es por ello que desde la Organización Médica Colegial se incide en señalar que estos medicamentos, entre los que se encuentran los antibióticos, fueron descubiertos en la década de los cuarenta y han supuesto un gran avance en el control de numerosas enfermedades y en la supervivencia de muchos pacientes. Sin embargo, su mal uso durante los últimos 70 años ha incrementado el número y los tipos de microorganismos resistentes a estos medicamentos, lo que puede influir en la evolución y en el pronóstico de muchas enfermedades infecciosas y hasta en la muerte del paciente, en algunos casos, por falta de respuesta terapéutica.
La Oficina Municipal de Información al Consumidor del Ayuntamiento de Torremolinos como parte integral de su Campaña de Protección de la Salud 2011 quiere llamar la atención de los consumidores sobre este problema tan importante, ya que España se encuentra entre los países de Europa con mayores tasas de consumo y uso inapropiado de estos compuestos, como lo ha señalado la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). En este contexto es importante señalar que España es el segundo país de la Unión Europea en consumo de antibióticos por detrás de Francia a pesar de que el uso de estos medicamentos se ha reducido de 22,8 dosis por mil habitantes/día en 1995 a 19,8 en 2007.
Por otra parte, año tras año, con la proximidad del invierno aumentan las enfermedades infecciosas. Llega, por desconocimiento, la necesidad personal de una rápida solución al problema. Con tal motivo, la venta de antibióticos se dispara y, lo que es peor, la automedicación se convierte en un problema más. El uso excesivo de antibióticos aumenta la resistencia a los antimicrobianos y el número de medicamentos que dejan de ser eficaces para combatir las enfermedades infecciosas. Muchos procedimientos quirúrgicos y tratamientos no son posibles sin antibióticos para luchar contra las infecciones. La resistencia prolonga las enfermedades y las estancias hospitalarias, y puede llegar a causar la muerte.
Asimismo, desde el Ministerio de Sanidad se insiste en destacar que resulta obvio que los problemas relativos a los medicamentos han de ser abordados por todos los agentes sociales involucrados en todo el proceso, comenzando por la industria farmacéutica, profesionales sanitarios, poderes públicos y terminando en los destinatarios de los mismo: los propios ciudadanos. El aporte del consumidor es primordial para posibilitar que todos los ciudadanos sigan teniendo acceso al medicamento que necesiten, cuando y donde lo necesiten, en condiciones de efectividad y seguridad.
Recomendaciones
Es importante tener en cuenta los siguientes consejos:
Evite la automedicación: No ingiera antibióticos sin la prescripción de su médico.
No siga recomendaciones de medicamentos hechas por amigos, vecinos, etcétera.
No se automedique con antibióticos ante la aparición de los primeros síntomas, atribuyendo a una infección lo que puede tener otras causas bien distintas.
No presione al médico para que recete antibióticos para intentar curarse antes. El origen de muchas afecciones respiratorias son virus ante los cuales los antibióticos no surten efecto. En ese caso, sólo están indicados cuando el médico percibe riesgo ya sea por la posibilidad de enfermedades subyacentes o por edad (habitualmente, en los ancianos) y para evitar la sobreinfección.
No compre por su cuenta lo que otras veces le recetaron, aunque funcionara.
Siga la prescripción de su médico en cuanto a tomas y duración del tratamiento Utilizar, siempre, la dosis adecuada de antibiótico y durante los días fijados por el médico y no dejar de ingerirlo cuando se nota mejoría: es imprescindible terminar el tratamiento completo.
No tenga prisa para iniciar el tratamiento y eliminar rápidamente los síntomas de algunas infecciones, especialmente cuando no se conoce la afección que los origina.
No guarde las pastillas sobrantes para otra ocasión. Algunos hogares parecen arsenales terapéuticos, y la existencia de esta "despensa" promueve el uso incorrecto de los medicamentos.
El antibiótico más caro no es más efectivo. Intente que le receten los más económicos. Los genéricos son una buena opción.
Para finalizar: No tire a la basura o a la red de saneamiento los medicamentos caducados. Llévelos al punto de recogida existente en todas las farmacias. A este respecto, recuerde que no deben depositarse en ellos agujas y objetos cortantes, ni tampoco gasas, apósitos, pilas, radiografías o termómetros, que requieren de tratamientos distintos