Por más que el tango quiera que veinte años no sean nada, al Ballet Flamenco de Andalucía, que nació como Compañía Andaluza de Danza, esa cifra redonda le va a servir para hacer historia, su historia, y evocarla en la Bienal de Flamenco con el espectáculo titulado "Imágenes".
"Imágenes", que podrá verse mañana en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, lleva el subtítulo de "20 años de Ballet Flamenco de Andalucía" y su título obedece a que no es un repaso ni una revisión de sus principales creaciones, sino que está construido sobre "imágenes", sobre momentos, cinco en total, cada uno correspondiente a cada uno de los cinco directores que ha tenido en esos cinco lustros.
Esas "imágenes" quedaron fijadas en la retina de su actual directora, Rafaela Carrasco, bailaora y coreógrafa que fue la discípula predilecta de Mario Maya, primer director del Ballet Flamenco de Andalucía, al que siguieron María Pagés, José Antonio, Cristina Hoyos y Rubén Olmo.
Rafaela Carrasco ha hecho cinco coreografías sobre cada uno de ellos, de unos quince minutos de duración, que, aunque funcionan como una unidad en sí mismas, tienen "distintos momentos" cada una de ellas, según ha explicado la directora en conferencia de prensa.
Cada una de las cinco coreografías son "creación personal", no tratan de emular a los maestros en los que se inspiran y, en el plano coreográfico, han sido "creación de equipo" de los jóvenes miembros del ballet, quienes durante el último mes y medio han tenido que compatibilizar sus actuaciones con ensayos vespertinos de cinco y seis horas todos los días, para tener el espectáculo para la Bienal, en cuyo programa no se incluyó hasta junio.
Más que sobre palos flamencos concretos, cada una de las cinco coreografías se apoyan en "piezas musicales", según ha explicado Carrasco, quien hoy ha expresado su devoción por su maestro, Mario Maya.
La coreografía inspirada en María Pagés procede del paso a dos de su "Perro andaluz", la de José Antonio será una pieza de batas de cola, la de Cristina Hoyos se basa en el elemento de las maletas de su "Viaje al sur", que simboliza el eterno viaje y la continua búsqueda de los artistas y la de Rubén Olmo evocará los mantones en la plaza de toros.
Por otra parte, en el antiguo corral de vecinos denominado Hotel Triana mañana por la noche estará el espectáculo "Fiesta en Lebrija", un espectáculo en el que intervendrán 14 artistas, casi ninguno de ellos profesional, aunque todos ellos cantan y bailan, y el sábado por la noche llegará el turno de "Baile en la frontera", nombre que alude a la localidad de Morón de la Frontera (Sevilla).
Tere Peña ha prometido que "Fiesta en Lebrija" tendrá fin de fiesta con la intervención de todos los artistas, que el espectáculo transcurrirá sin descanso y que no decaerá en ningún momento, a base de bulerías, romances, cantiñas de Lebrija, soleás y fandangos por soleás, palo único de Lebrija y Utrera.
"Fiesta de Lebrija" reunirá por primera vez en un escenario a hijos, nietos y sobrinos de cuatro familias flamencas de esa localidad sevillana, los Carrasco, los Valencia, los Peña y los Funi.
El espectáculo contará con un artista de fuera de Lebrija, el algecireño José El Pañero, del que Tere Peña ha augurado que va a ser una de las revelaciones de la Bienal.
Del "Baile de la Frontera", que llegará el sábado, Pepe Torres y su primo Jairo Barrull han asegurado que harán lo que han hecho desde chicos, cuando bailaban en las fiestas familiares de Morón, unos bailes que, según Torres, se distinguen por "la grandeza de la sencillez; por hacer grande lo simple" y hacerlo además desde "lo clásico, en el mejor sentido de la palabra".
