Un militar tailandés de alto rango, buscado por su supuesta implicación en el negocio del tráfico de inmigrantes en el sur de Tailandia, se entregó hoy en la central de la Policía Nacional en Bangkok.
El teniente general Manas Kongpan será trasladado para ser juzgado a la sureña provincia de Songkhla, donde un tribunal provincia emitió el domingo pasado una orden de arresto contra el militar, según el diario local The Nation.
La investigación oficial descubrió que Manas recibió en una cuenta bancaria suya transferencias monetarias de los traficantes de personas entre marzo y febrero de 2014.
Los cuerpos de seguridad tailandeses han detenido a 50 personas y buscan a otras 30 relacionadas con el tráfico de personas desde que, a principios de mayo, se lanzó una operación para desmantelar este negocio tras descubrirse un campamento clandestino con decenas de tumbas en el sur del país.
Unas semanas más tarde, Malasia halló en su lado de la frontera con Tailandia 28 campos clandestinos y 139 tumbas.
La operación contra las bandas de traficantes de seres humanos en Tailandia desencadenó una crisis migratoria, con la aparición de barcos con miles de inmigrantes indocumentados en aguas de Indonesia, Malasia y Tailandia.
Unos 3.000 bengalíes y rohinyás han desembarcado desde entonces en Indonesia y Malasia, países que el 20 de mayo se comprometieron a acoger a todos los inmigrantes a la deriva en alta mar siempre que la comunidad internacional se comprometa a repatriarlos o llevarlos a un tercer país en el plazo de una año.
La etnia musulmana rohinyá sufre persecución en el oeste de Birmania (Myanmar) y tampoco es bien recibida en Bangladés.
Unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladés y Birmania hacia Tailandia, Malasia e Indonesia durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).