Actualmente, la edad de jubilación de los británicos se fija en 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.
En 2005, una comisión gubernamental dirigida por Adair Turner, ex director general de la Confederación de la Industria Británica (CBI, patronal), recomendó aumentar de 65 a 68 años ese límite y crear un plan nacional de ahorro como forma de hacer frente a las pensiones.
Sin embargo, Norgrove declaró a la cadena pública BBC que la edad de jubilación podría aumentar hasta los 70 años debido al incremento de la esperanza de vida de millones de personas.
“La gente va a tener que trabajar más tiempo, debido en parte a que nosotros, como nación, no vamos a ahorrar tanto como en el pasado para la jubilación”, explicó el responsable del regulador.
Norgrove advirtió también del “declive a largo plazo” de los generosos planes de pensiones privados de algunas empresas, que permite a los empleados con años de antigüedad cobrar pensiones acordes con los salarios percibidos al final de su vida laboral activa.
Esta misma semana, la consultora Lane Clarke & Peacock difundió datos que demuestran una significativa pérdida de valor en el último año de los planes de pensiones de las firmas que cotizan en el índice FTSE-100, el principal de la Bolsa de Valores de Londres.