En Jerez cada vez resulta más complicado dar con una vivienda en alquiler que se ajuste a las necesidades de los demandantes, fundamentalmente en todo lo relacionado con el precio. Según advierten fuentes del sector inmobiliario, el problema es que ha aumentado el número de personas que se decantan por el alquiler, pero a la vez han desaparecido muchas viviendas del mercado de alquiler por diversas circunstancias.
Tal y como detallan los expertos, cada vez son más los propietarios que prefieren vender en vez de alquilar para quitarse de problemas, a lo que hay que sumar también el boom de los apartamentos turísticos, entre otros factores, que han desencadenado un crecimiento de la demanda en un 200%, de manera que en la actualidad por cada vivienda en alquiler libre hay 20 ó 21 interesados. La cara más negativa de esta nueva realidad es que se presta más que nunca a las argucias y a la picaresca de muchos a la hora de engañar a los solicitantes con más prisas que recurren a los portales de internet para dar con la vivienda deseada. En el sector inmobiliario les consta que en los últimos meses se están dando más casos de estafa que nunca, y eso tiene que ver con las circunstancias que se están viviendo en el mercado del alquiler. “Las estafas siempre han existido, pero ahora nos enteramos cada vez más de casos cercanos como viene ocurriendo desde el pasado verano”, señala este mismo profesional.
Se refiere a dos casos concretos detectados en el último mes. Una de las afectadas ha contado en primera persona a este periódico cómo de un día para otro ella, su marido y su hijo pequeño se quedaron sin el dinero de los dos meses de fianza más el que corría, es decir, casi 1.000 euros, y sin el piso que creían haber reservado. Ocurrió a mediados de agosto, cuando en Milanuncios, el portal de anuncios clasificados más grande del país, vieron una oferta de un piso en alquiler en la zona centro, en concreto en la calle Callejón de Los Bolos, por 324 euros, es decir, lo equivalente a un auténtico chollo, teniendo en cuenta que la media está entre los 400 y los 500 euros.
Con ese precio y en esa zona, ni se lo pensaron sin reparar en la ausencia de nombre y apellidos del ofertante y de número de teléfono. Sólo aparecía una dirección de correo electrónico, a través de la cual contactaron con un ciudadano que decía ser inglés, divorciado, que vivía en Inglaterra, y que se hacía llamar Martin Taylor. Ahora saben que ese nombre era ficticio. “El error es que quisimos agarrarlo todo cuanto antes para que nadie lo pillara”. En ese correo electrónico les indicaron que hicieran la operación a través de la web de Airbnb, pese a que el anuncio había sido colgado en otro portal. Ellos, como otras tantas víctimas en todo el país, picaron el anzuelo, pues en el email que le envió el supuesto propietario ya estaba suplantando la identidad de Airbnb. Ya habían caído en la trampa, ingresando el dinero en la cuenta del ciberdelincuente para ver el piso.
“Cuando ya ingresamos el dinero, nos dieron un número de móvil y nos dijeron que teníamos que esperar que pasaran cinco días hábiles para ir a ver el piso y darnos la llave”, relata. Hasta ahí no sospechaban nada, pero agotado el plazo comprobaron que nadie respondía a sus llamadas y que los mensajes al WhatsApp tampoco funcionaban. “Tardaban un cuarto de hora en leer cada mensaje, y en el último ya quitaron la foto de perfil y ya no entraron más mensajes”.
Temiéndose lo peor, fueron a la dirección del piso y allí los propios vecinos le confirmaron que no había ningún anuncio y que el inmueble que creían haber alquilado estaba ocupado.
Alquilar dos veces el mismo
En la Comisaría han abierto una investigación, pero les han avisado de que el dinero está perdido, mientras que en Airbnb tampoco se responsabilizan de esa usurpación de identidad. Ellos lo que quieren es que su caso no sea en vano, y que nadie pase por lo mismo. “No quiero que sigan estafando a más criaturas, por eso queremos contarlo”, señalan.
Pero también los propietarios son víctimas de estafa. Recientemente, se dio en Jerez otro caso cuando el dueño de un piso de San Benito lo alquiló a un particular, que luego lo realquiló a un tercero, y llegó a publicar un anuncio en internet para el que llegó a haber 17 interesados.
Ante estos casos, fueron los propios inquilinos los que comprobaron el fraude al coincidir los dos en el piso. Desde el sector recomiendan buscar asesoramiento en inmobiliarias con oficina física y trayectoria demostrable.