Noventa y cuatro ciudadanos de Taiwán han aterrizado en Pekín este viernes, expulsados de España como parte de una operación conjunta contra el fraude en las telecomunicaciones iniciada hace tres años, anunció el Ministerio de Seguridad Pública de China en un comunicado.
Los sospechosos fueron detenidos en diciembre de 2016 en una serie de redadas conjuntas de la Policía china y la española, conocidas como 'Operación Wall.
La aprobación inicial de la extradición por parte de España a principios de 2017 suscitó las críticas de Taiwán, una isla que Pekín considera una provincia separatista que debe ser tomada por la fuerza si es necesario.
Tras dos años de procesos judiciales, la Audiencia Nacional aceptó la extradición a China de los 237 sospechosos detenidos en las redadas. España ha enviado hasta ahora 225 sospechosos a China, entre ellos 218 taiwaneses, dijo el Ministerio chino.
CRÍTICAS DE LA OFICINA DE TAIWAN EN ESPAÑA
Por su parte, la Oficina Económica y Cultural de Taiwan en España ha lamentado las extradiciones y el no haber sido informada de estos movimientos por el Gobierno español, pese a sus reiteradas peticiones. España, al igual que todos los países de la UE, no tiene relaciones diplomáticas con Taiwan, y solo reconoce a la República Popular China.
En un comunicado, ha defendido que a los extraditados se les ha negado "su verdadera nacionalidad" y se les ha puesto "en manos de un régimen que ha demostrado una continuada ausencia de garantías jurídicas y una preocupante falta de respeto por los Derechos Humanos".
Según dice, esta es "la tercera extradición a gran escala en un caso de este tipo que se produce desde un país europeo a China continental, y marca un serio precedente nada alentador para la defensa de valores firmemente democráticos y las garantías necesarias en todo procedimiento judicial y, sobre todo, para el respecto por los derechos humanos".