Casi 11,5 millones de personas se encuentran actualmente en situación de inseguridad alimentaria y necesitan asistencia urgente en Kenia, Etiopía, Somalia y Uganda, debido a que la presente temporada de lluvias ha sido en algunas partes la más baja en casi 40 años.
Se trata de un total de 11,4 millones de personas, según una información conjunta publicada hoy por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Es una cifra, no obstante, inferior al número de personas que requirieron ayuda en la última sequía, la de 2016-2017, pero la situación podría empeorar por los pronósticos en Somalia, Kenia, el noroeste de Uganda y el sureste de Etiopía.
Según estas agencias, la actual época de lluvia, que debería haber comenzado en abril, pero que se ha llegado a retrasar mes y medio en algunos casos, es la que menos ha llovido en algunos puntos desde 1981.
Además, en estos países de África oriental sólo ha habido una buena cosecha de siete que se han plantado desde 2016.
Se estima que 785.000 niños y niñas necesitarán tratamiento para la desnutrición aguda en estos cuatro países durante todo el 2019.
Las agencias alertan de que si no se actúa a tiempo, el peor de los escenarios puede dejar entre 2,6 y 5,6 millones en crisis de seguridad alimentaria y hasta un millón de niños de menos de 5 años necesitarán tratamiento para la desnutrición aguda.
En la peor sequía que padeció el Cuerno de África en los últimos años, la de 2017, el hambre creció en África subsahariana hasta afectar a 237 millones de personas, lo que representa el 20 % de su población, según un informe difundido hoy por varias agencias de Naciones Unidas.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resaltó en una nota que ese incremento lastra los esfuerzos mundiales por erradicar el hambre, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados por la comunidad internacional para 2030.