Que los independentistas catalanes incumplieron gravemente la Constitución y el Estatuto de Autonomía es más que evidente. Ya es cosa juzgada. Fueron advertidos por el gobierno de Rajoy y por el Tribunal Constitucional, así como por todos los partidos de la oposición en la cámara catalana -PSC, PP y Ciudadanos-. Los líderes que encabezaron aquellos actos o están fuera de España, reclamados por la justicia, o están cumpliendo la sentencia dictada por el Tribunal Supremo. Siempre se suele hacer la salvedad que fue un acto sin violencia. No la hubo. Contra las normas, sí, en tanto que se obviaron, pero eso no es violencia. Contra las personas, ni se intentó. También se subraya que la bandera española no se arrió en ningún momento ni de la sede de la Generalitat ni del Parlament. La “independencia” duró segundos. La República Catalana no pasó al Diari oficial de la Generalitat. La aplicación del 155 restableció la legalidad constitucional y estatutaria.
Celebradas varias elecciones, el mapa político no cambia los bloques. Cambian las mayorías en el interior de ellos: De Ciudadanos al PSC en el no independentista. De Junts a Esquerra en el independentista. La mayoría independentista goza de mayoría suficiente en el Parlament reiteradamente, aunque los bloques son igualados en votos. . El camino del 155 no puede ser la norma de gobernar Cataluña. Es obligado buscar un acuerdo que respete la Constitución y atempere el soberanismo, sin encaje en la Constitución y sin lograr un solo apoyo de la comunidad internacional.
El camino de los indultos hay que interpretarlo sólo como el primer paso para rebajar la tensión que se vive en Cataluña desde que el Tribunal Constitucional anuló parcialmente el pacto político logrado por el parlamento catalán y el Congreso y el Senado y aprobado en referéndum. La derecha española obstaculizó dicho pacto en la calle y en los tribunales. Ahora que se recogen nuevamente firmas -en este caso por los indultos- el PP catalán no sale a la calle porque está contra esa posición. Pedro Sánchez ha iniciado el camino que recorrió Zapatero con la terminación de ETA, sufriendo múltiples ataques. ETA ya no existe y el gobierno vasco respeta la Constitución. Ahora otro gobierno se esfuerza por arreglar la situación de Cataluña. La política, si es algo, es dialogo y pacto.