Este Recreativo Portuense sabe salir airoso de todas las vicisitudes en las que se encuentra, en una temporada aciaga como pocas. Este equipo sale de todas y cada una de las trabas que va encontrando en un camino dificultoso.
El equipo de Dani Jiménez venció al San Benito en un partido marcado por los lamentables incidentes vividos nada más acabar el encuentro. Vándalos, etiquetados como pseudo aficionados, accedieron al terreno de juego con el propósito de agredir a los jugadores portuenses.
Su delito, salir vivo del infierno que le hicieron hacer pasar durante los 90 minutos. Bengalas, piedras, insultos y amenazas fueron una constante. Los recreativistas debieron salvaguardarse a la carrera en los vestuarios ante la intimidación de los ultras.
Uno de los asistentes fue alcanzado con un objeto, por lo que se marchó sangrando.
Polémicas al margen, en lo estrictamente deportivo, los rojiblancos merecieron un triunfo trabajado en una segunda parte perfecta y efectiva. Los inicios, con un juego poco elaborado y nada que destacar, no hizo sino hacer pasar los minutos sin peligro alguno en las áreas.
Nuevamente, la portería fue protagonista tras el susto de Jesús Chino, que tuvo que retirarse tras golpearse con uno de los atacantes locales. El cancerbero tuvo que ser trasladado en ambulancia al quedar inconsciente. Entró en su lugar De Cos.
Tras el descanso, el Recre supo sacar rédito al mejor planteamiento. Una vez más, Neva fue uno de los que llevó el peligro ofensivamente. El canterano, que próximamente realizará unas pruebas con el Betis (el sábado ya fue observado de cerca en la Ciudad Deportiva) forzó el penalti tras caer derribado dentro del área.
Elías, que volvía tras la sanción, no perdonó. Tal y como hiciera ante el Barbate no falló. Su precisión hizo desnivelar un marcador que ya merecía dominar.
El gol hizo sacar los mejores minutos del partido, ante un San Benito cada vez más desquiciado y violento. Las duras entradas, codazos y juego subterráneo no amilanó a un Recreativo que buscó el segundo con insistencia. Fruto de ello, llegó el segundo.
Tras el bote de una falta, Kike amoldó el balón para colocar el esférico en la misma escuadra izquierda. Un golazo con todas las letras. Zapatazo que ponía justicia para el único equipo que buscaba la victoria.
Tras el gol con superioridad numérica después de una agresión que sufrió Boragno, los portuenses fueron a cerrar el encuentro. Había ganas de hacer olvidar el mazazo ante el Estella. Era momento de encontrar una alegría y de encontrar nuevamente el marco rival.
Ángel Alonso, rapidísimo y entonado, la tuvo en dos ocasiones. La escasa fortuna imposibilitó el conseguir un resultado escandaloso. Ya poco importaba el marcador. Lo importante era vencer y no perder a nadie para próximos envites. El objetivo se cumplió: ganar … y salir vivo en el intento.
Con la presencia de la Policía los ánimos se calmaron, aunque eso sí, el trío arbitral se personó en comisaria para denunciar todo cuanto lo que sucedió. El árbitro prefirió mandar el acta vía mail.
