Poni Bravo y los gaditanos Gipsy Aliens, junto a Za y Lisabö, dieron el pistoletazo de salida el pasado jueves a una nueva edición del Monkey Week. El festival, que se celebró en El Puerto de Santa María, como ya es tradicional, contó con la presencia de lo más granado del panorama musical independiente español, más algunas presencias extranjeras como la de Gallon Drunk, con su nuevo trabajo The Road Gets Darker From Here.
La costera localidad se convirtió, literalmente y por unos días, en la ciudad de la música. El centro de El Puerto se impregnó de ambiente musical por todos sus rincones: locales como Milwaukee, El Cielo de Cayetana, Scala Lounge, Mondongo y, sobre todo, Sala Mucho Teatro, fueron escuderos de lujo del teatro Muñoz Seca, sede oficial del certamen, donde estuvieron presentes con sus stands las más prestigiosas productoras musicales de todo el país.
El viernes comenzó fuerte, con público, músicos y profesionales del sector deseando empaparse de las propuestas que las más de 150 bandas presentes tenían preparado para esta cita.
Alex O’Dogherty, con un espectáculo ingenioso y pleno de originalidad arrancó aplausos y risas a igual medida. Los sevillanos de All la Glory y Maga hacían las delicias de un público que a medida que avanzaban las manecillas del reloj se iba calentando. Bandas como The FaithKeepers y la inesperada Sol Dual dejaban buenas sensaciones.
En el escenario ubicado en la plaza Alfonso X el Sabio los chicos de la Suite Bizarre consiguieron enganchar a un numeroso número de personas que no dudaron en bailar frenéticamente cada una de sus propuestas con un fin de fiesta espectacular en el que invitaron a parte del público a subir al escenario para compartir, juntos, el éxito obtenido. La prodigiosa voz de Jane Joyd sonaba poco después en Mucho Teatro y aun más tarde los portugueses de X-Wife pusieron un toque de calidad con un directo sobrio, moderno y potente, mientras los cordobeses D. Donnier & His Bones ponían el frenético punto y final a la noche en una actuación plena de fuerza.
Ya el sábado, durante toda la mañana y gran parte de la tarde, en las dependencias del Teatro Muñoz Seca, se podía apreciar un interminable trasiego de profesionales del sector visitando los diferentes espacios donde se mostraban las más importantes y actuales ofertas musicales. Se puede decir que allí estaba concentrado gran parte del futuro inmediato de la música independiente en nuestro país.
Musicalmente hablando destacó, en primer lugar, la actuación de Xoel López en la plaza Alfonso X, un concierto vitoreado por los muchos seguidores con los que cuenta el polifacético cantante. La noche iba a depararnos sensaciones fuertes en el bello, cuidado y original espacio situado en pleno centro, Mucho Teatro, donde Los Cuantos dieron una clase magistral de saber estar en el escenario, conectando con un público que terminó rindiéndose a su propuesta.
Justo después apareció Pájaro con su banda y su Santa Leone, un año después de su presentación oficial en este mismo festival. La actuación levantó exclamaciones de admiración por parte del respetable que reconoció el talento del de Alcosa coreando sus canciones y ovacionando cada uno de sus temas. No faltó la corneta de Kini Triana, que volvió a sorprender a los que todavía no conocían de la fusión de este instrumento, tradicionalmente cofrade, con el rock clásico y cuidado que la banda ofrece en cada una de sus comparecencias.
Sin tiempo para el descanso aparecieron los Gallon Drunk con su trepidante directo minando las pocas energías que quedaban en un público que quedó, en líneas generales, plenamente satisfecho del resultado final del festival.