El todavía rector de la UAB, Lluís Ferrer, comunicó ayer al Consejo de Gobierno de esta institución que ha tomado esta decisión, tras semanas de soportar presiones en diferentes direcciones, con la voluntad clara de lanzar el mensaje de que “la violencia tiene que salir de la universidad”.
Ferrer aseguró que los seis estudiantes que serán expulsados probablemente el curso que viene utilizaron la violencia ya que agredieron a miembros del servicio de seguridad, obstruyeron el paso del coche de la decana de Letras y entraron por la fuerza en su despacho y accedieron a su ordenador.